Sí bien la química crea en
la conjunción de elementos la consecución de productos que se destinan al
mejoramiento de nuestras vidas, no en todos los ámbitos de la vida su aplicación
ha sido la, no digamos incorrecta, sino aquella que nos ha traído también
consecuencias negativas, tanto en la salud de los seres vivos como en el
deterioro del medio ambiente.
Es por ello que desde hace
décadas en cada segmento de la vida diaria, los estudios de química se han
enfocado en buscar elementos más naturales para mejorar los procesos que de una
u otra forma impactan en la vida. De por sí, es de lo natural que parte la
química, sólo buscaron hacerla más efectiva y no tan sintética.
En los procesos de
cosechas en los campos, invernaderos, siembra urbana y derivados, el uso de fertilizantes ecologicos han sido ayudantes muy incisivos en la mayor pureza de los
alimentos, salud del terreno y minimización casi a cero de los agentes que en
suma y por uso frecuente se harían tóxicos para los consumidores.
Y es que el objetivo principal
de este tipo de productos es lograr una buena humidificación del terreno a
sembrar, lo que mejora su calidad, efecto positivo para todo el orbe, sea cual
sea la masa poblacional y sus visiones culturales sobre la producción masiva a
futuro.
A nivel mundial, entes gubernamentales que subsidian y la empresa privada y los productores particulares se han adherido sin ningún tipo de complejo ni reacciones adversas, tanto por los resultados positivos para los terrenos como lo sustanciosos que se hacen los productos, al uso de los fertilizantes orgánicos, también llamados fertilizantes biológicos, los cuales en su mayoría son fabricados con estiércol.
Es tanto el impacto
positivo de éstos productos que las mismas compañías que antes hacían productos
sintéticos, han cambiado de ramo, tanto por los dividendos, como por el unirse
a las mejoras en pro de la humanidad, acatando llamados de grupos
especializados, ONG’s y demás organizaciones o agencias paladines de la
protección alimenticia de los consumidores en sus regiones y a nivel mundial. Han
pasado de compañías nocivas que por creer en un producto útil pero con
consecuencias negativas a empresas que propulsan el desarrollo sustentable
integral.
Los fertilizantes
ecológicos o biológicos le aportan a los suelos y siembras urbanas (materos,
carriles, macetas, etc.) utilizado para la producción de alimentos para humanos
y para animales o plantas ornamentales, los nutrientes necesarios para que los mismos puedan
recuperarse de las continuas producciones gracias a la generosa cantidad de
macronutrientes y micronutrientes que permiten mejorar el rendimiento de los
cultivos, recomponiendo los niveles de materia orgánica del suelo, evitando que
pierda su calidad y aumentando la capacidad para retener los nutrientes
minerales que aplican en las producciones agrícolas, además de permitir mejoras
en la absorción de agua los suelos para así mantener un nivel de humedad ideal
en los distintos terrenos.
Con el uso de los
fertilizantes ecológicos se ha comprobado en 100% de los casos que mejoran en
cantidad y calidad a los microorganismos del suelo, como bacterias
fijadoras de nitrógeno y fósforo, hongos beneficiosos y algas microscópicas. Ergo,
hacen que los elementos naturales recompongan a los suelos y por ende todo lo
que allí se produzca.
Ha reducido la
contaminación de las capas freáticas debido a la lixiviación de nitritos y nitratos
y a su vez crea equilibrio en el pH de los suelos, haciendo de los mismos más “esponjosos”,
lo que mejora la aireación y la retención del agua por este.
Reduce el uso de
fertilizantes minerales y hace que los costos de producción bajen. Los fertilizantes
orgánicos valen mucho menos porque son parte de un proceso natural que va en el
propio ciclo de vida y técnicamente se va retroalimentando.
Estimula la creación de quelatos naturales,
mejorando con ello la captación de macros y oligoelementos por las raíces y de
allí se hace más saludable y vigoroso al vegetal, hortaliza, fruto, etc. Tras
épocas de sequías o inviernos o fallas en sus cuidados caseros (riego,
ventilación, luz), equilibrando y potenciando la nutrición de las plantas.
Aprendamos y enseñemos
pues que sí bien la química y la tecnología son beneficios humanos, las mismas
requieren perfeccionarse en pro de la humanización, entendiéndose ésta como la
protección, cuidado y estimulación de la vida humana, evitando elementos
nocivos y buscando un equilibrio con la naturaleza, base y principio de todas
las ciencias y culturas.
Lcdo. Argenis Serrano - @Periodistech
Lcdo. Argenis Serrano - @Periodistech
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