Los Juguetes son Cultura


Bien dicha está la sentencia que reza “el juguete debe hacer poco, para que el niño imagine mucho”, porque al activar sus hemisferios cerebrales, donde el izquierdo le hace comprender el valor cultural, materiales, posibilidades, el izquierdo se ocupa de la creatividad, imaginación, el explorar nuevas posibilidades. Ello, más el halo de inocencia y corazón hacen que el juguete sea una extensión del amor y dulzura de cada niño.

De las muñecas con las que las niñas son grandes y hablan con responsabilidad; de los carros con o sin control remoto donde los niños despiertan su adrenalina; de los juegos de mesa donde se aprende la tolerancia, convivencia, aprender a ganar y perder, a solventar las diferencias y a estimular la sana competencia. De esos juegos nace la cultura en el país.
Cada Navidad el Niño Jesús trae regalos a los niños en su cumpleaños y muchos dicen que porqué no es al revés. Se debe entender que el juguete significa diversión, cariño, un detalle a los logros y una invitación a seguir sin que sean las cosas materiales la ganancia, sino un objeto que representa al entretenimiento, la utilidad, el disfrute y el compartir. Valores que están atados a las ideologías culturales y religiosas del mundo por igual.
Porque el valor no es el costo del detalle, sino el motivo que es departir, agradecer, compartir, sonreír, manifestar buenos pensamientos y sentimientos, convivir y reconciliarse. Todas las culturas buscan ello y en los juguetes los niños lo pueden aprender.
No importa sí son pistolas de agua, dardos, arco y flecha; mesas de planchar, cocinas o teléfonos de plástico. Es la vida, responsabilidad, respeto, buen uso y conciencia que podamos despertar en los niños a través de los juguetes infantiles.
Un juguete de bebé es un compañero. Los juguetes de madera son tradición, humildad y trabajo artesanal. Los juguetes educativos forman habilidades cognitivas y cognoscitivas. Los juguetes reciclados abren un menú de oportunidades a más y más infantes. Los que regalan en tiendas, como los juguetes de McDonald’s, son diseñados para evocar y departir sin importar edades.
Nuestro punto es que los juguetes son un enlace para la interacción que abren contacto social, la forma cultural más políticamente correcta que existe.
Decía Miguelito, amigo de Mafalda, “con un fósforo, un cocinero puede preparar un risotto o un incendiario puede quemar un parque nacional”. Allí vemos el meta mensaje, no es el objeto, es el uso. Y sí culturalmente enseñamos respeto, valores, civismo, buen uso y acción/reacción (causa y efecto) en los niños a través de sus juguetes, su formación será más digestible para ellos y menos traumática en el transcurso de su crecimiento, quedando en su adultez bien guardada y valorada como un fenómeno cultural ligado a seres que en su construcción no tienen vida, pero en el corazón de las niñas y los niños, están más vivos que nunca y serán sus tesoros de la adolescencia y la adultez.
Lcdo. Argenis Serrano - Twitter: @Periodistech

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