Muchas
mujeres jóvenes, entre los 18 a 25 años, que están solteras o sólo tienen
novio, se enfadan a más no poder porque alguien les diga “señora”; lo toman como
una ofensa que responden de diversas maneras.
Pero
lo cierto es que aunque sea soltera y sin hijos ni intimidad en su haber, el
tratamiento de señora no debería implicar a su estado civil, aunque
lamentablemente el Diccionario de la
Real Academia de la Lengua Española, así lo indique.
Aquí
un argumento que va a crear controversias: ¿Por qué si desean igualdad
hombre/mujer, en esto si se quieren diferenciar?, refiriéndose el
cuestionamiento a quienes sí les molesta.
A
los hombres, apenas cumplimos los 18 años ya nos dan el tratamiento de “señor”,
porque corresponde a la edad, no a lo que tenemos ni a nuestro estado civil. Es
una correspondencia a la adultez.
¡Imagínense
a un hombre de 19 años siendo llamado “señorito”, como si fuese custodiado por
una nodriza o mayordomos que lo acunaron desde pequeños!, estará algo
desfasado. Pues así ocurre con las mujeres mayores de 18 años, decirles
señorita es más un piropo galante, para evitar el conflicto de decirles un
respetuoso y apropiado, señora.
Es mejor “Señora” que…
Doña,
misia, esta, tipa o el más reciente en la aculturación venezolana, de decirle a
personas de cualquier edad “chica”, en un tono igualitario casi que
irrespetuoso, creyendo que la igualdad es hacia abajo, cuando deberíamos
propulsarla hacia arriba, moral, cívica y culturalmente.
Señorita,
joven o nuestro muy autóctono “chama”, suena mejor, aunque este, como han dicho
filólogos y sociólogos venezolanos, aplica en la más marcada cercanía familiar,
amistosa o colectiva.
Y
no, no estoy en desacuerdo que se les diga señorita a las jóvenes no casadas,
pero que repliquen un “señora” con palabras altisonantes, dizque las estamos
ofendiendo o diciéndoles vieja, ya es el colmo.
Señora, Según el Diccionario
Buscando
en la Enciclopedia Pequeño Larousse,
encontré las acepciones derivadas de la RAE
y para mí sorpresa, respaldan el uso del señora para las mayores de 18 años.
No
voy a dar comentario adicional para no distorsionar la idea general ni crear
matrices preconcebidas. Les invito a sacar sus conclusiones y dejar su opinión
en el cajón de comentarios o hacérmelo llegar a través de mis redes sociales.
Definición desglosada del término, Señora
Persona
adulta.
Tratamiento
generalmente de respeto que se antepone a un apellido o a un título
profesional.
Dueño
de una cosa o que tiene dominio sobre alguien o algo.
Amo
respeto a los criados.
Persona
que por su personalidad, porte y distinción inspira respeto y estimación.
Que
denota nobleza o distinción.
Antepuesto
a un nombre, encarece el significado del mismo (dar un señor disgusto).
Dios
y especialmente Jesucristo en la eucaristía (con este significado suele
escribirse con mayúscula)
Hombre
en contraposición a mujer, mujer en contraposición a hombre.
Históricamente,
quien era poseedor de un feudo.
Título
nobiliario.
Mujer,
esposa (lo que incluye a concubinato o noviazgo, con o sin intimidad, pero con
solicitud formal).
Señorear
Dominan
o mandar en algo, especialmente como señor o señora.
Dominar,
ser algo más alto (no grande), que lo que lo rodea. No explícitamente con la
estatura física, sino la moral, intelectual o en ocasiones –con sus fallas- la
económica.
En
este último ítem se incluyen a las cosas (ejemplo, un campanario o una montaña
que por estar en lo alto, son señoriales).
Dominar
las propias pasiones, es lo que le hace ser una señora o un señor.
Señorío y Señorial
Una
señora puede estar intrínsecamente ligada a estos términos dado a que señorío corresponde al dominio o mando
sobre algo.
Distinción
y elegancia, saberse dar su lugar y congeniar con el entorno.
Una
señora es una mujer con autoridad, bien ganada por esfuerzo y/o herencia,
teniendo a esta última que darle su propia cuantía.
Señorial corresponde o es relativo al señorío; en el caso de
una mujer, su propia personalidad y haberse labrado un sitial en el mundo,
incluso desde su más franca juventud le envisten de majestuosidad y nobleza, lo
que les convierte desde los 18 años y sin hacer reparos en su estado civil en
una señora.