Una de las maneras más
humanistas de utilizar la tecnología y crear una cultura de conciencia dentro y
fuera del hogar, además del área comercial, es pensar en las necesidades de
todos, con énfasis en quienes tienen capacidades reducidas y ameritan otros medios
de accesibilidad.
Inventadas en Estados Unidos los años
30 del siglo XX, las sillas salvaescaleras, para ayudar a los pacientes con polio, fue
derivando en una de las maneras más humanas de colaborar con el respeto a la
plenitud de tránsito interno y externo de las personas, más allá de su
condición de salud.
Más allá de las rampas y
ascensores tradicionales, la adecuación de las estructuras para que puedan
subir y bajar las personas con movilidad reducida es mejor sí le es asignada y
llevada por mecanismos que, en un espacio suficientemente amplio para la
colocación de rieles sobre las escaleras o en las paredes.
Es allí donde se colocarán
las sillas salvaescaleras, cuya utilidad ha sido comprobada en todo el
orbe para que las personas de toda edad con problemas de movilidad o infantes,
puedan darle normalidad a su vida.
El mecanismo, aunque
tecnológicamente avanzado, se basa como dijimos en rieles donde se desplazan
sillas o elevadores, adecuados para que puedan trasladarse con o sin sillas de
ruedas según sea el caso.
Su instalación es hecha a
medida por profesionales en el área, que estudian la fortaleza de las
estructuras, realizan sugerencias de refuerzos a las mismas de ser necesarios,
adecúan el modelo a la anatomía del o los usuarios.
La energía que utilizan es
realmente baja, ya que las mismas poseen baterías recargables, lo que permite
al usuario y/o familiares controlar cuándo hay que recargarlo, garantizando que
no será un problema en apagones y obligue a trasladar manualmente a la persona
con movilidad reducida.
Se utilizan controles
remotos o mandos a distancia según se diga en cada región del mundo; de esta forma
el usuario o terceras personas podrán hacer uso del mismo con tranquilidad.
En caso de emergencia,
tanto el usuario como una tercera persona también disponen de un botón de
emergencia para detener al equipo. De esta forma observamos que no es sólo útil,
sino que también está adecuado y protege en toda ocasión o contingencia.
Una palabra es a veces la
diferencia, por ello debemos aclarar que sillas salvaescaleras son las que
llevan una silla fija, ideal para personas con movilidad reducida que pueden aun
así caminar y flexionar para sentarse o niños que ya se saben sentar y
abrochar; ahora, plataformas salvaescaleras son las acondicionadas para el uso
de sillas de ruedas.
Centros Comerciales,
Estaciones de Metro, Museos, Clínicas, Hospitales, lugares turísticos y
gubernamentales y miles de hogares han entrado en la órbita de la conciencia
cultural ciudadana de las oportunidades con equidad.
Las sillas salvaescaleras
son un elemento que une a las personas y priva a los elementos negativos de las
limitaciones, siendo además un voto de confianza y alivio para los usuarios y
familiares ya que las mismas garantizan y ayudan en el desenvolvimiento de sus
tareas sin pendientes adicionales de traslado, cuando las mismas personas
pueden hacer lo que es su gusto y derecho, cumplir a cabalidad sus tareas,
propias de una vida normal.
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