Tratando de cultivarnos
al respecto de la inteligencia artificial por medio del portal web educativo
e informativo IAHoy, nos enfocamos en el cómo se ha convertido en todo
un hito cultural del cual todos hablan, pero que no todos tratan con el debido
respeto y equilibrio.
Y no lo decimos tanto por
los equipos computacionales y lenguajes o modelos de IA generativa que se
desarrollan, sino el respeto propio de cada usuario que llega a verse agobiado
por los cambios radicales que se han suscitado con la implementación de la AI,
o que no le saca el provecho o incluso, se aprovecha tan en exceso que le
delega el 98% de las acciones y termina sin aprender ni un ápice.
Esto ha desequilibrado
tanto a los procesos de aprendizaje como al tratamiento social. Algunos ofrecen
villas y castillas y sólo delegan en un prompt el cómo se verá una imagen, una
publicidad, un material audiovisual o un código que será parte de una aplicación
o web por la cual se pagó mucho y lo que le brindaron fue un resultado casi que
al azar.
Ser culturalmente correctos al utilizar la inteligencia artificial
Al leer IA HOY,
notamos que se enfocan en enseñar cómo utilizar con ética y verdadero sentido
de la oportunidad a estas herramientas de diseño y creación digital, reforzando
esos conocimientos con información adecuada y actualizada sobre los avances en
los distintos tipos de inteligencia artificial generativa.
Esta tarea titánica se
debe extrapolar a los usuarios que utilizan sus sistemas operativos Android,
Apple, Amazon, Microsoft en cualquier dispositivo, para que en vez de tener “mayordomos
digitales” (por no decir esclavos), tengan
ayudantes y compañeros computacionales que saben aprender de los usuarios.
Y sí el poder
sociocultural de los usuarios se enfoca en lo más alto, lo ético y lo
preponderante de los valores humanos, la misma IA terminará aprendiendo y más
que censurar o excusarse al brindar resultados, entenderá cómo tratar los
asuntos más delicados de la manera más salomónica posible, casi que emulando a la conciencia humana (sin llegar a ella,
sólo emular para mantener el equilibrio de las cosas.
Lo que podría aprenderse
De la pintura se aprendió
a la captura de las emociones y virtudes; de la escultura, el alcance del
cuerpo humano y sus acciones; de la música, la nobleza y comunión de los
humanos.
Y ahora, que consideramos
a la inteligencia artificial el hito cultural de este siglo y de los siguientes
quizá -con su evolución-, podríamos considerarle el balance de los aprendizajes
teórico – prácticos, algo que -y perdón por el juego de palabras- en teoría se
ve muy bien y en extremo necesario, pero que muy pocos han sabido poner en
práctica.
Para que la artificial
intelligence (AI) subsista, se requiere a la humanidad. Y para que la
humanidad prosiga debe tratar de no extinguirse desde sus mayores raíces: Mente,
alma, corazón y acción. Esto conlleva a no permitir que sea la IA la que
haga todo por uno, sino que uno sea su supervisor, solicitante, aliado,
corrector y quien aumente con su propia naturaleza, sapiencia y creatividad, lo
que esta herramienta puede lograr.
Ha sido la inacción y el
encierro lo que acabó con las sociedades, como ocurrió con los incas, que
crearon muros para alejar a los enemigos pero a su vez no permitieron la
entrada y salida del conocimiento, quedándose atrás hasta su final.
El encierro y el uso
exclusivo de la inteligencia artificial puede ser el fin de las tradiciones
culturales y de la interacción social, tal cual la conocemos, haciendo que las
personas sean cada vez más gregarias y propensas a ser débiles ante quienes
pueden manipular la situación de letargo causado por encerrarse en el predio de
la IA y no cohabitar con otras personas.
Sacar lo mejor de ella
Quien tiene buena educación
y motivación, no se duerme en sus laureles y sabe darle uso adecuado y a la
medida a las herramientas que se le presentan. De allí que haya personas que se
encarguen de enseñar, informar y estimular un uso adecuado de esta herramienta
computacional de avanzada como lo hace IA Hoy.
También de quienes se
dejan ayudar por modelos automatizados que complementan el flujo de tareas no
para que la gente se estanque porque alguien las haga por él, sino para ampliar
el abanico de acciones y poder tocar otros rubros e ideas que además de
generarle el dinero para ser solventes, les ayude a trascender en su propia inteligencia
lógico – matemática así como en su inteligencia emocional.
Toda persona que es parte
de una cultura, sabe que el engranar los conocimientos y herramientas en ro de
ayudarse y ayudar a los demás, mantiene a la sociedad despierta, útil, estable
y con ímpetus de seguir creciendo.
Y sí cuentan con el apoyo
de maestros, ingenieros, creadores de contenido y conocedores de la IA como los
responsables de IA Hoy, la verdad es que la inteligencia artificial puede pintar
al futuro de colores y no de color cromo como se ha mostrado en novelas
futuristas que han sido referentes de lo que serían los tiempos por venir.
Ahora hay otro apoyo para
ser más culto y poder ser un ciudadano universal como lo permite la
inteligencia artificial. Lo que se necesita es el interés y la entereza para
darle un uso comedido, responsable y ético por demás.

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