Desde
hace siglos la lucha entre la clase alta, media y baja contra los reyes, reinas
y en fin, la monarquía en general, abrió paso a la democracia y sociedades
actuales, reduciendo su impacto y/o necesidad en los tiempos actuales.
Varios
países siguen manteniendo la imagen, respeto y continuidad de la realeza,
creando dos bandos sólidos: Los que están en contra de la monarquía y los que
les respetan como modelo social, cultural y de liderazgo.
Entre
esas aguas se han movido, pero incluso entre sus seguidores y, ante la observación
de sus fallos propios e impropios de su humanidad y ser centro de la mirada
social (ejemplo, el Rey Charles de Inglaterra y sus flirteos, además de su bajo
carisma y empatía), todos se generan las preguntas que nos mueven: ¿De qué sirve un Rey?, ¿De qué sirve una
Reina?, ¿De qué sirve una Monarquía, actualmente?
Quiero
dar mí respuesta, como aporte de valor a la discusión, sin pretensión de que
sea la excusa o defensa de ellos.
Rey Felipe VI en Valencia, España, junto a los afectados por la DANA |
¿De qué sirve un Rey?, ¿De qué sirve una Reina?, ¿De qué sirve una Monarquía?
Tomaré
el caso de la presencia del Rey Felipe
VI de España en la Comunidad de Valencia, afectada de manera dantesca por
la acción de la DANA ocurrida el 29 de octubre de 2024 y que conmovió a propios
y extraños.
Ante
la falta de solidaridad, respeto a sus electores y/o conciudadanos y de humanismo,
incluso por encima de la Constitución y leyes españolas acometido por el Presidente de España Pedro Sánchez,
fueron el Rey y la Reina Letizia de
España quienes salieron a dar la cara ante los afectados.
Sí,
recibieron insultos y ataques con objetos contundentes y lodo. Pero siguieron
allí, más allá de lo que hicieron quienes descargaron su dolor comprensible; se
sensibilizaron real y notoriamente con las víctimas, muchas de ellas que se
acercaron por voluntad y muestra de resiliencia a hablarles y abrazarles.
El
rey, siendo casi que una “figura decorativa”, medió estoica y diplomáticamente entre
las partes (gobierno nacional, local, fuerzas policiales, voluntarios, negocios
y afectados), para que se recuperase lo único que no pudo llevarse la tragedia:
la capacidad de renacer y honrar a los
caídos con acciones de lealtad y bondad.
Como
lo hicieron los influencer de verdad (El
Chef Rojas o la Señora RoRo y su novio Pablo), entre otros, el Rey dio la
cara para que la gente drenase lo malo y consiguiera una cara de relativa autoridad
y peso, para que las acciones de los españoles para volver a la “normalidad”
sea posible y que los que erraron con premeditación y alevosía, sean desenmascarados
directa e/o indirectamente.
Por
lo tanto, el rey, la reina, la monarquía española, ha salido del cascaron de
figura decorativa a llevarse de barro y realidad, pagando lo que deben pagar y
resurgiendo como se les exigía –en base
cariño y respeto- como deberían de surgir.
¿A
cuántos políticos se les ve ensuciarse cuando todo se pone difícil, sin falsas
poses y aguantando la vara de la ciudadanía?; en toda cultura, más que ganar
votos, se gana un sitial en la historia demostrando el lado humano, de entrega
total y de solución sin mirar consecuencias propias, algo que políticos y
figuras públicas no aguantarían del escrutinio popular.
¿De
qué sirve un Rey?, ¿De qué sirve una Reina?, ¿De qué sirve una Monarquía?: Pues
demostraron que sirven para apoyar a quienes le creen y quieren y por igual a
quienes no les quieren ni creen.
Además, ¿De qué sirve un Rey?, ¿De qué sirve una Reina?, ¿De qué sirve una Monarquía?, lo puedo exponer así:
- - Ejemplo de buenos modales (no se come con ello,
pero hace mejor la vida).
- -
Equidad ante la adversidad.
- -
Saber sacar lo mejor de uno.
- -
Conservan legados culturales y
actitudinales que instan al conocimiento.
- -
Se alejan de la banalidad del falso
conflicto.
- -
Ejemplo de civismo y de estudio.
- -
Muchos de ellos fungen de ejemplo de
moral y buenas costumbres.
- -
Se puede aprender cómo sí y cómo no
convivir con personas de distintas aptitudes, coloquios y/o costumbres, sin
caer en la soberbia.
Pueden
refutar cualquier cosa de ello, pero a todos nos gusta cuando tratamos con
alguien cuya cultura, modales, léxico y empatía son altos. Así que ¿De qué sirve un Rey?, ¿De qué sirve una
Reina?, ¿De qué sirve una Monarquía?, bien que puede partir de algunas de
esas premisas.
Dato de interés: Hay reyes y reinas que llevan una vida "normal", conviviendo más allá de los palacios, con negocios propios que no precisamente heredaron o compraron don dinero del Estado, sino proveniente de sus estudios, convicciones y la confianza en círculos culturales y económicos limpios, ejemplos los reinados de Luxemburgo y Liechtenstein.
Funciones actuales
de la monarquía en Europa y Medio Oriente y los ejemplos que brindan
La función actual de la monarquía en Europa y Oriente Medio varía significativamente de un país a otro, ya que cada monarquía tiene su propia estructura política, roles y responsabilidades específicos. Estas son algunas generalidades sobre la función de la monarquía en estas regiones, así como ejemplos concretos de monarquías prominentes:
Europa:
En Europa, muchas monarquías constitucionales desempeñan un papel ceremonial y representativo, mientras que el poder ejecutivo recae en un gobierno elegido por el pueblo. Las monarquías europeas suelen tener funciones ceremoniales, representativas y simbólicas, actuando como un símbolo de unidad nacional e historia.
Reino Unido: La monarquía británica, tiene un papel principalmente ceremonial y simbólico. El Rey actúa como jefe de Estado y cumple funciones representativas, como asistir a ceremonias oficiales y recibir a dignatarios extranjeros.
España:
La monarquía española, con el Rey Felipe VI a la cabeza, también tiene un papel
ceremonial y representativo. La
monarquía en España está sujeta a la Constitución y desempeña funciones
protocolarias y de representación internacional.
Oriente Medio:
En Oriente Medio, algunas monarquías absolutas o constitucionales tienen un papel más activo en la política y la gobernanza, aunque también pueden tener funciones ceremoniales y simbólicas. En muchos casos, la monarquía desempeña un papel en la toma de decisiones clave y en la estabilidad política de la región.
Arabia Saudita: La monarquía saudita, es una monarquía absoluta en la que el Rey tiene autoridad ejecutiva significativa, incluyendo el poder de aprobar leyes, nombrar ministros y tomar decisiones políticas importantes.
Jordania: La monarquía jordana, es una monarquía constitucional donde el Rey desempeña un papel ceremonial y de representación, pero también tiene influencia en la política del país.