Vicks VapoRub

vicks vaporub

¿Sabías que el famoso ungüento Vicks VapoRub nació del corazón roto de un padre?; he aquí la historia detrás de un invento que ha traspasado los 200 años con igual o mayor eficacia.

Una noche a finales de 1800, en Carolina del Norte, un niño miró a su papá con ojos llorosos y le dijo: “Papá… me duele mucho el pecho”. Tosía y tosía sin parar y ningún jarabe funcionaba. Nada aliviaba su dolor.

Ese padre era Lunsford Richardson, un boticario de pueblo. Pero esa noche, no fue el farmacéutico el que prevaleció… fue el impulso y adrenalina propia de un papá desesperado pero a su vez enfocado en solucionar.

Se encerró en su pequeño laboratorio y mezcló todo lo que tenía a mano, especialmente alcanfor, mentol, eucalipto.

Con ello buscaba aire y a la par, buscaba paz. Lo que encontró -o formó- fue un ungüento espeso que, al frotarlo en el pecho, le devolvía a su hijo el aliento y el descanso.

Así nació lo que luego el mundo conocería como Vicks VapoRub.

Cuando notó que funcionaba, quiso hacer que fuese útil para las mayorías. Al principio, nadie le creyó. Tocaba puertas y sólo recibía burlas.

Pero en 1918, con la gripe arrasando al mundo, (llamada gripe española), su fórmula se volvió esperanza. Las botellas de Vicks VapoRub no daban abasto. El ungüento que nació del dolor… comenzó a sanar – aliviar a miles.

Pero lo más desgarrador: uno de sus hijos murió antes de que encontrara la fórmula. Nunca lo vio sanar. Y aunque estaba afectado, fue ese vacío el que lo impulsó a seguir.

Hoy, ese olor que muchos asocian con el cuidado de mamá, untado en el pecho o incluso en jarabe y caramelos… es también el eco del amor de un padre que se negó a rendirse.

Crédito para el autor de la reseña 

De Saber Leer a Qué Leer

Por fortuna -y se lo deseamos igual a todo el planeta- en Venezuela no hay ya analfabetismo, gracias a que cada cierto tiempo ha existido la motivación y plan para ello, habiendo pues publicaciones para el aprendizaje y con contenido adicional qué leer.

qué leer

Algunos que pude recabar fueron:

El Libro Mantilla, uno de los obsequios entre la clase media alta y regular que era legado luego a los más necesitados y acompañado por el interés de algunos para el aprendizaje de letras y números.

Un plan llamado “Juan Camejo” entre los gobiernos de Rómulo Betancourt y Raúl Leoni, en el que se llegaba a sectores populares tanto por las escuelas como en los centros de atención de salud.

En la década de los 80’s llegó el que sería uno de los más significativos, el sono - estudio de ACUDE, donde se enseñaban las letras, matemáticas e historia de Venezuela teniendo discos y un tocadiscos para las clases.

El interés en ese plan fue su hermosa campaña de marketing donde la gente rural por mucho que tuviese que laborar, se daba su tiempo para aprender lo esencial y de allí, decidir sí o no seguir. Tenían qué leer porque el plan era acompañado por las publicaciones infantiles de los diarios que también les ayudaban en el aprendizaje de sus primera letras (ejemplo, Revista Tricolor y Meridianito).

Además, se acompañaba el aprendizaje con las transmisiones de Radio Fe y Alegría, Radio Nacional de Venezuela y Canal Cinco (Televisora Nacional).

En este siglo apareció la Misión Robinson que tenía el aliciente de la bonificación monetaria y un programa de estudios acompañados que llevaban de la primaria al bachillerato y luego a la universidad.

Por lo tanto, orgullosamente decimos que Venezuela es -porcentualmente- un territorio libre de analfabetismo. ¿Lo malo?, somos un territorio de anti alfabetos.

Sí, la gente sabe leer pero no buscan qué leer, en principio por la baja edición de libros que llegan al país en formato físico; también por la merma en los diarios, sea por su tendencia, escasa cantidad de páginas o el precio.

Parece que todos los libros son tratados como el manual del usuario, que, sea cual sea el aparato que lo traiga, la gente insiste en no leerlo al estar confiada de hacerlo instintivamente y sólo lo leen cuando tienen un problema, siendo esa publicación una fuente de datos específicos que irían más allá en el provecho del aparato, que el empirismo.

Hay letreros, incluso con los mensajes más fácticos y/o precisos (incluyendo imágenes) y hay quienes no lo leen, por soberbia, flojera, indiferencia, cualquier motivo entristecedor.

Las pantallas y videos han mermado mucho más en el privilegio qué leer nos otorga. Ya es mejor buscar un video con inteligencia artificial que buscar la fuente escrita, sea literaria, técnica o tipo guion.

Muchos se sorprenden cuando el libro es distinto e incluso más nutrido que la versión en película, como por ejemplo “IT” de Stephen King, “Frankenstein” de Mary Shelly, “Doña Bárbara”  de Rómulo Gallegos o “Goldeneye” de Ian Fleming.

Si hay qué leer en versión digital, pues que se lea, sean revistas, mangas, libros, guías paso a paso o los blogs de Argenis Serrano. Lo importante es que teniendo la habilidad, no se pierda.

Todo lo que se lee siempre termina aportando algo positivo, incluso en el libro más malo que hayan podido leer; yo leí uno que incluso eche a la basura, llamado “El Llanero Solitario tenía la cabeza pelada como un cepillo de dientes”, que trataba sobre las anécdotas de un niño que echaba a perder los juegos por su falta de habilidad y la falta de empatía de sus vecinos -que no precisamente eran sus amigos-.

Aunque no me gustó la publicación, aprendí que en nuestro anecdotario hay momentos que son trazos qué leer en el futuro para poder resolver o afrontar situaciones o para alegrar o educar a terceros.

Creo firmemente que en Venezuela y toda América Latina (y dispensen sí me estoy entrometiendo), debería de implementarse entre particulares, privados y con apoyo logístico y de permisos por parte del Estado, que los regalos fundamentales sean libros.

Nuestros niños ameritan leer a “Tío Tigre y Tío Conejo” de Antonio Arráiz; los jóvenes leer la versión completa de Las Lanzas Coloradas de Arturo Uslar Pietri; los adultos, leer los poemas de Andrés Eloy Blanco (“PODA”), además de obras de la literatura universal.

Que lleguen los best-sellers mundiales de hoy y de siempre y libros de autores que puedan abrir la imaginación sin que ello cree conductismo. Que el día de Navidad se emule la tradición habitual en Islandia, el Jólabókaflóð donde se regalan libros del año. Al menos en los intercambios de regalo sería más simpático.

Hay quienes no saben el placer que da ver a un niño o adolescente buscando qué leer y devorar publicación tras publicación; mucho menos el aroma a libro nuevo y el luego, regalarlo o guardarlo para volverlo a leer.

También es un placer y deber o al menos una cortesía, leer los letreros en las calles o al menos no hacerse los locos, puede ser importante para usted mucho más que para quien colocó el letrero.

Habiendo tanto qué leer en un país que no tiene analfabetos, ya roza con ser un pecado cultural el no aprovechar dicha virtud sin sentirse obligados por la circunstancia, sino disfrutándolo desde el alma, como ha sido desde que el hombre aprendió a leer y escribir y halló su cenit con la imprenta de Gutenberg.

Lcdo. Argenis Serrano - Culturistech 

Las Matemáticas y la Música

La relación entre las matemáticas y la música va desde Pitágoras a nuestros días y la misma ha fascinado a filósofos, científicos y artistas a lo largo de la historia ya que este filósofo y matemático griego fue uno de los copartícipes en los elementos integrales que establecieron las bases para entender cómo estas dos disciplinas se entrelazan y siguen siendo parte de las aplicaciones contemporáneas de la teoría musical.

Nuestro director por siempre, el profesor Armando Linares, decía con orgullo cuando estaba ante una partitura, que ella era “matemática pura” y que aprender era la fórmula y cantar el mejor resultado.

las matemáticas y la música
 

Las matemáticas y la música

Pitágoras, el famoso filósofo y matemático griego del siglo VI a.C., fue uno de los primeros en descubrir la conexión entre música y matemáticas. A través de sus experimentos con cuerdas vibrantes, encontró que la longitud de la cuerda influye en la frecuencia del sonido que produce.

Esta relación se expresa de manera numérica: si una cuerda es la mitad de la longitud de otra, el sonido que produce es una octava más alta. 

Pitágoras y sus seguidores introdujeron la idea de que los intervalos musicales pueden ser representados por proporciones simples de números enteros.

Por ejemplo, la relación 3:2 produce una quinta justa, mientras que 4:3 produce una cuarta justa. Estos descubrimientos influyeron en la música y ayudaron a formular la idea de que el universo está regido por principios matemáticos.

 

La Edad Media y la música modal

Durante la Edad Media, la relación entre las matemáticas y la música continuó evolucionando y el sistema musical modal que predominó durante este tiempo, se basó en escalas que se componían de diferentes combinaciones de tonos y semitonos.

Matemáticos y teóricos de la música como Boecio, estudiaron estas escalas y desarrollaron sistemas para describir la música en términos de proporciones matemáticas. 

El uso de la notación musical también permitió a los compositores y músicos explorar configuraciones y secuencias armónicas.

A lo largo de la Edad Media estas ideas se formalizaron y contribuyeron al desarrollo de la polifonía, donde múltiples voces o melodías se entrelazan, creando una complejidad que sigue deslumbrando a los oyentes.

 

Las matemáticas y la música: El Renacimiento y la revolución armónica

Durante el Renacimiento, el interés por las matemáticas y la ciencia alcanzó nuevas alturas, y con él, la música también se transformó.

Los compositores comenzaron a experimentar con la armonía y la disonancia, a menudo utilizando razones matemáticas para crear acordes complejos y estructuras musicales.

Teóricos de la música como Gioseffo Zarlino, empezaron a sistematizar los sistemas de afinación y escalas, acercándose al concepto de la "temperatura igual".

Este sistema se basa en dividir la octava en doce partes iguales, permitiendo que la música se tocara en diferentes tonalidades sin tener que reafinarlas. Son las bases que permitirían a compositores como Bach y Mozart explorar una mayor libertad creativa en sus obras.

 

La era contemporánea: algoritmos y música digital

En el siglo XX y XXI, la relación entre las matemáticas y la música ha evolucionado aún más. Con la llegada de la tecnología digital, los algoritmos matemáticos se convirtieron en herramientas esenciales para la creación musical.

Programas como Max/MSP y Pure Data permiten a los compositores experimentar con fórmulas y funciones matemáticas para generar sonidos y ritmos únicos.

Además, el análisis de estructuras musicales mediante métodos matemáticos ha dado lugar a nuevas formas de interpretar obras clásicas y contemporáneas.

La teoría de conjuntos, por ejemplo, permite a los músicos conceptualizar escalas y armonías de maneras más abstractas, ampliando la comprensión de la música más allá de su representación física.

La relación entre las matemáticas y música es profunda y multifacética, abarcando miles de años de pensamiento y exploración.

Desde los antiguos descubrimientos de Pitágoras, tiñendo la música con propiedades matemáticas, hasta las aplicaciones modernas de algoritmos y tecnología digital, esta conexión ha permitido a la humanidad comprender y apreciar las complejidades del sonido de una manera única.

La música no sólo es arte; también es, en muchos sentidos, una forma de matemáticas vivas, resuena con la armonía universal que hemos estado explorando desde tiempos inmemoriales.

Lcdo. Argenis Serrano 

Hablar sobre La Biblia con Cordialidad

Siempre se ha dicho que hay tres temas que se deben, o tocar con mucha discreción o simplemente no tocarlos: hablar sobre la Biblia (o religión), política y deportes. Los tres porque atraen pasiones desenfrenadas que, de no saberse controlar, terminan en disyuntivas que escalan a momentos inimaginables.

Pero eso es también basado en querer imponer nuestras ideas a los demás y viceversa y competir en quién tiene la razón, una competencia de la que nadie sale bien librado.

Por ello, conversamos con los responsables de versiculos.top el más prestigioso portal web latinoamericano enfocado en buscar la equidad de la religión y brindar elementos cívicos y sociales que puedan hacer del amor a Dios, una manera de sociabilidad (la cual, culturalmente, lo es, porque todo lo que deriva de Dios y se manifiesta al leer o hablar sobre La Biblia, coincide en el amor, respeto y apoyo al prójimo).

De dicha conversación, pudimos construir una guía para poder hablar sobre la Biblia de manera ética y poder hacer que de la discusión (sin apasionamiento ni imposiciones hostiles), pueda provenir la luz y darse cuenta que hay más maneras de estar en paz, que en guerra.

 

Hablar sobra la Biblia con cordialidad

Hablar sobre la Biblia y sus versículos con personas de diversas tendencias religiosas -e incluso con los agnósticos, iconoclastas y/o ateos- puede ser una experiencia enriquecedora y de aprendizaje cultural, diferente a esas batallas de imposición y búsqueda de hace sentir mal a los demás y de esa manera crear más divisiones entre las personas de las ya existentes.

Nuestro aporte para que esas conversaciones e incluso las que tratan sobre política y/o deportes) vayan con buen pie, las condensamos en estas recomendaciones estructuradas para hacerlo de manera ética y cordial.

hablar sobre la biblia
 

Cuando converses, busca nivelar así…

Presta atención a lo que la otra persona tiene que decir, escuchando con empatía y creando un ambiente de respeto, fundamentado en las normas del buen hablante y el buen oyente.

 

Reconoce que cada persona tiene sus propias creencias y experiencias que le forjan una visión. Evita hacer juicios y mantén una actitud abierta, sin temor a consultar aquello que haga ruido sea por falta de contexto o por lo impactante y develador que puede ser. Eso es más ecuánime.

 

Emplea un lenguaje que sea accesible, respetuoso y comprensible para todos, evitando términos muy técnicos o especializados que puedan resultar excluyentes o petulantes. El que sepas lo que significa, no implica que debas enseñarlo en este contexto; evita que se tome como razón para fricciones.

 

Mantén el enfoque en el intercambio de ideas y no en ganar un debate o que la idea -propia o de tu culto-, se imponga. Las discusiones no siempre tienen que ser sobre quién tiene razón, sino en los puntos de encuentro y resultados positivos para las mayorías. Es una buena variante de “el fin justifica los medios”.

 

Relata cómo los versículos bíblicos y las experiencias religiosas han impactado tu propia vida en lo educativo, social, cultural, laboral y sentimental en lugar de imponer tu interpretación a los demás. Todo dicho con mesura y con un tono benevolente.

 

Resalta los valores universales que les unen, como el amor, la compasión y la justicia, que pueden encontrarse en muchas tradiciones religiosas. Culturalmente el “amaos los unos a los otros”, es una forma metafórica o literalmente de una convivencia sana entre las personas y/o naciones.

 

No tengas miedo de compartir tus propias creencias, siempre que lo hagas de manera respetuosa y sin esperar que otros las adopten. O realices tablas comparativas, sólo muestra los parabienes y que los demás decidan.

 

Usa un lenguaje optimista y constructivo que invite al diálogo y a la reflexión, en lugar de generar discordia. El uso indiscriminado del “no” en cualquier variante, es algo que se debe evitar como primera respuesta.

 

Si no estás seguro de lo que la otra persona cree, haz preguntas abiertas para entender su perspectiva antes de hacer comentarios. Y sí es tan distinto en forma o fondo, pues cambia el tema.

 

Ten en cuenta la ocasión y el entorno en el que se lleva a cabo la conversación. Algunos lugares o momentos pueden no ser apropiados para abordar temas religiosos. Tampoco andes diciendo que todo es pecado, la convivencia sin dañar y entendiendo que hasta del tabú hay conocimiento socio-científico, puede ayudarte a mejorar en tus valores y principios.

 

Al hablar sobre La Biblia y mencionar versículos específicos o lecturas, asegúrate de ofrecer un contexto claro para evitar malentendidos o interpretaciones erróneas – sesgadas o a conveniencia. Las personas que escuchan o leen los versículos son felices al haber puntos de encuentro, no de discordia o manipulación.

 

Invita a otros a compartir sus enseñanzas y experiencias, creando un ambiente de aprendizaje en conjunto. De dichas discusiones, salen más y mejores convicciones

 

Reconoce que las diferencias en creencias son parte de la diversidad humana y que el libre albedrío es una forma directa de defender la libertad. Mantén una actitud abierta y dispuesta a aprender de otros. Sólo cuida de que la contraparte no haga daño ni se haga daño con la manera como aprende, entiende o le enseñan al hablar sobre La Biblia con sus grupos dedicados.

Lcdo. Argenis Serrano 

Drácula (de Bram Stoker)

Según Dacre Stoker, sobrino-bisnieto de Bram Stoker, y los manuscritos originales del escritor, la historia de Drácula podría haber estado inspirada en eventos que vivió su propia familia. En su libro Drácula (2018), coescrito con J.D. Barker, se presenta la teoría de que Bram Stoker, siendo un niño enfermizo, fue cuidado por una misteriosa mujer llamada Ellen Crone, quien le proporcionaba su sangre de una manera extraña, mejorando su salud drásticamente.

Años después, Bram y su familia descubrieron que esta mujer no envejecía y que estaba vinculada a un ser siniestro, al que llamaban El No Muerto.

Dacre Stoker ha afirmado que la novela Dracula se basa en notas inéditas de su antepasado y que Bram Stoker no tenía originalmente pensado titular su obra como Drácula, sino El No Muerto (The Un-Dead). También ha dicho que muchos de los elementos sobrenaturales de la novela pudieron haber surgido de experiencias personales de Stoker, no solo de las leyendas de Vlad el Empalador y del folclore de Europa del Este.

drácula
 

Los secretos de Bram Stoker: La historia real detrás de Drácula

Bram Stoker nació en 1847 en Dublín, Irlanda, y desde su primer aliento, la muerte pareció acecharlo. Era un niño débil, enfermizo, incapaz de caminar hasta los siete años. Su madre, Charlotte Stoker, lo envolvía en mantas, desesperada por evitar que se desvaneciera ante sus ojos.

Fue entonces cuando llegó Ellen Crone, la niñera.

Era una mujer extraña, de apariencia etérea, con una piel tan pálida que casi parecía translúcida. Su cabello oscuro caía sobre sus hombros, y su mirada, profunda y enigmática, inquietaba a quien la observaba demasiado tiempo. No hablaba mucho, pero en su presencia, la casa adquiría un silencio casi sobrenatural.

 

El milagro

La familia Stoker nunca entendió cómo sucedió, pero con Ellen en la casa, Bram comenzó a mejorar. De ser un niño frágil y condenado, pasó a convertirse en un joven fuerte, con una energía inusual. No solo recuperó su salud, sino que desarrolló una resistencia fuera de lo común. De pronto, era el mejor atleta de su clase, un estudiante brillante con una mente inquieta.

Pero algo no encajaba.

Matilda, la hermana de Bram, fue la primera en notar los extraños hábitos de Ellen. No comía con ellos. Se retiraba temprano por las noches y a veces, cuando creían que dormía, la encontraban inmóvil, con los ojos abiertos en la penumbra.

Lo más perturbador era la forma en que cuidaba a Bram. En las noches en que él tenía fiebre, Ellen se sentaba a su lado, tomaba su mano y, con un alfiler, se pinchaba la palma. Luego, presionaba la herida contra los labios del niño, dejando que la sangre goteara en su boca.

Matilda lo vio una vez. Nunca pudo olvidar la imagen.

Un día, sin previo aviso, Ellen desapareció.

 

El rastro de la niñera

Los años pasaron y la vida de los Stoker siguió su curso, pero Matilda nunca olvidó a Ellen. Cuando era adulta, comenzó a investigar. Siguió rumores, revisó registros de servidumbre, buscó en cementerios y, finalmente, encontró su rastro.

Ellen estaba en un pueblo alejado, en una pequeña casa junto a un cementerio. Pero lo imposible era que no había cambiado en absoluto. No había envejecido ni un solo día.

Matilda alertó a Bram, y junto a su hermano George, fueron a buscarla. Lo que descubrieron superó sus peores pesadillas.

 

El No Muerto

Ellen no estaba sola.

En las sombras de su morada acechaba Él, un ser antiguo, un depredador de la noche al que llamaban El No Muerto. No tenía un nombre humano, solo un título que evocaba su maldición. Era alto, delgado, con una presencia que helaba la sangre. Sus ojos rojos destellaban en la oscuridad y su boca ocultaba colmillos que habían probado la sangre de muchos.

Los Stoker no estaban preparados para enfrentarlo. El monstruo los atacó, y su cuñada, Florence, fue su víctima. Ella cambió esa noche. Se convirtió en algo más, en una criatura como él.

El pánico se apoderó de los hermanos, pero en el último momento, Ellen intercedió. Se arrodilló ante el monstruo y, con la voz temblorosa, le hizo una oferta:

—Déjalos vivir... Yo siempre seré tuya.

El ser sonrió.

Y aceptó.

Bram, George y Matilda huyeron, dejando atrás a Ellen y a Florence, marcados para siempre por la verdad que el mundo desconocía.

 

La advertencia al mundo

A partir de esa noche, Bram Stoker supo que tenía una misión. El horror que había presenciado debía ser contado, pero no como una historia real… nadie lo creería. Lo disfrazó de ficción, tomó detalles de los relatos históricos sobre Vlad el Empalador y el folclore rumano, y escribió Drácula.

El libro fue su advertencia al mundo.

Pero, ¿y si no era solo ficción?

¿Qué pasó realmente con Ellen?

¿Y con Florence?

Tal vez, en algún rincón de la noche, el No Muerto sigue acechando… esperando que alguien más descubra su secreto.

Es una narración basada en la investigación de Dacre Stoker sobre los orígenes de Drácula.

Recop.: Lcdo. Argenis Serrano 

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