Los doce trabajos imposibles de Heracles fueron una serie de pruebas que el héroe tuvo que
realizar por orden del rey Euristeo, como castigo por haber matado a su familia
en un arrebato de locura provocado por la diosa Hera.
Sobre Heracles
Heracles fue un
héroe de la mitología griega, hijo del dios
Zeus y de la mortal Alcmena. Era famoso por su gran fuerza, su valor y sus
numerosas aventuras.
Entre sus
hazañas más conocidas se encuentran los doce trabajos que tuvo que realizar por
orden del rey Euristeo, como matar al león de Nemea, capturar al jabalí de
Erimanto, limpiar los establos de Augías, obtener las manzanas de oro del
jardín de las Hespérides, entre otras.
Heracles también
ayudó a otros héroes, como Perseo,
Jasón, Teseo y Odiseo, y participó en la guerra de Troya. Heracles murió
por el veneno de la sangre de la hidra, que su esposa Deianira le había untado en una túnica, creyendo que era un filtro
de amor.
Antes de morir,
Heracles se quemó a sí mismo en una pira funeraria, y fue elevado al Olimpo por
su padre Zeus, donde se casó con la diosa Hebe. Heracles es uno de los héroes
más famosos y admirados de la mitología griega y su leyenda ha inspirado muchas
obras de arte y cultura.
Los doce trabajos imposibles de Heracles
Matar al león de Nemea: Heracles tuvo que enfrentarse a un león gigante que
tenía la piel impenetrable y que aterrorizaba a la región de Nemea. Lo asfixió
con sus propias manos y se hizo una capa con su piel y un casco con su cabeza.
Matar a la hidra de Lerna: Tuvo que luchar contra una serpiente monstruosa que
tenía varias cabezas que se regeneraban al ser cortadas. Con la ayuda de su
sobrino Yolao, Heracles logró quemar las heridas de la hidra para evitar que le
crecieran más cabezas y le cortó la cabeza inmortal, que enterró bajo una roca.
También empapó sus flechas con la sangre venenosa de la hidra.
Capturar al jabalí de Erimanto: La misión era capturar vivo a un enorme jabalí que
causaba estragos en el monte Erimanto. Heracles lo persiguió hasta agotarlo y
lo atrapó con una red.
Capturar a la cierva de Cerinea: Debía atrapar sin herir a una cierva sagrada para
la diosa Artemisa, que tenía cuernos
de oro y pezuñas de bronce. La siguió durante un año hasta que logró alcanzarla
y la llevó a hombros ante Euristeo.
Echar a los pájaros del Estínfalo: Heracles tuvo que ahuyentar a unos pájaros
carnívoros que infestaban el lago Estínfalo y que devoraban a los hombres y los
animales. Con la ayuda de la diosa Atenea,
que le dio unos crótalos de bronce, él logró asustar a los pájaros y los abatió
con sus flechas envenenadas.
Limpiar los establos de Augías: Heracles tuvo que limpiar en un solo día los
establos del rey Augías, que albergaban a miles de cabezas de ganado y que no
se habían limpiado en treinta años. Para ello, desvió el curso de dos ríos para
que pasaran por los establos y arrastraran toda la suciedad.
Capturar al Toro de Creta: Tuvo que capturar a un toro salvaje que el rey Minos de Creta había recibido de
Poseidón y que había enloquecido.
Heracles lo dominó y lo llevó en barco hasta Micenas, donde lo soltó.
Obtener el cinturón de Hipólita: Para conseguir el cinturón de la reina de las
amazonas, Hipólita, que le había regalado Ares, hizo la solicitud formal y
ella, Hipólita, aceptó dárselo, pero la diosa
Hera sembró la discordia entre las amazonas y provocó una batalla. Heracles
mató a Hipólita y se llevó el cinturón.
Robar las yeguas de Diomedes: Debió robar las yeguas del rey Diomedes de Tracia, que se alimentaban de carne humana.
Heracles mató a los guardianes de las yeguas y se las llevó. También le dio de
comer al propio Diomedes a sus yeguas, que se volvieron mansas.
Robar el ganado de Gerión: Heracles tuvo que robar el ganado del gigante
Gerión, que tenía tres cuerpos y vivía en la isla de Eritea. Cruzó el mar
disparando flechas al sol para que le diera una copa de oro con la que navegar.
Luego mató al perro de dos cabezas y al pastor de Gerión y finalmente al propio
Gerión. Después condujo el ganado hasta Micenas, superando varios obstáculos en
el camino.
Obtener al can Cerbero: Le tocó traer desde el inframundo al perro de tres cabezas Cerbero, el
guardián de la entrada al reino de los muertos. Heracles bajó al Hades con la
ayuda de Hermes y Atenea, y
consiguió el permiso del dios Hades
para llevarse a Cerbero con la condición de que no usara armas. Heracles dominó
al perro con sus manos y lo sacó a la superficie.
Robar las manzanas de oro del jardín de las
Hespérides: Heracles tuvo que
conseguir las manzanas de oro que crecían en el jardín de las Hespérides, las hijas de Atlas, que custodiaban el
árbol junto con un dragón. Llegó hasta Atlas
y le propuso sostener el cielo en su lugar mientras él iba a por las manzanas.
Atlas aceptó, pero luego quiso quedarse con las manzanas y dejar a Heracles con
el cielo. Heracles fingió estar de acuerdo, pero le pidió a Atlas que le
sostuviera el cielo un momento para acomodarse la capa. Atlas cayó en la trampa
y Heracles se marchó con las manzanas.
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