Una buena muestra
de nuestra premisa (todo es cultura), radica en esta anécdota simple: En 1976
en el Museo Metropolitano de New York (USA), colocaron en exhibición un montón
de carbón. Sí, solo eso, tras un cristal y un membrete que decía “montón de
carbón”, se hallaba una pieza de arte.
¿Qué arte podía ser
ello?, estética y originalmente no trascendió. Pero el hacer que las personas
filosofaran y sacaran sus propias conclusiones y las cruzaran con propios y
extraños en busca de una respuesta generalizada, marcó un hito cultural, ya que
no existían respuestas erróneas y la construcción social terminó fortaleciendo
lazos e hipótesis de tener que ver más allá de lo simplista de una situación.
Todo es cultura
Para bien o para mal, todo es
cultura. El arte con la que diseñadores y programadores y especialistas en
marketing digital realizan Paginas Web Bogota, es arte, porque en medio de su tecnología, armonizan
colores, dan contexto a las imágenes y demuestran qué tan culto son al crear el
contenido escrito o multimedia.
Un grafitero
que realiza arte urbano, incluso en los lugares más riesgosos o en propiedad
privada, demuestra su cultura en los trazos y el propósito de su arte. Si bien
hay cuestiones legales y cívicas ante las que debe responder, allí hay un hito
cultural que bien encaminado, puede ser convertido en una rebeldía provechosa.
Cuando
hay canciones con intenciones claras de unificar, incluso en la más acida de
las letras o en ritmos no variantes, todo es cultura. Claro está, sí detrás de
una pieza musical hay la intención de hacer que retrocedan las más elementales
normas de convivencia, decencia, pudor y aprendizaje, estamos ante una clara
anti-cultura a la cual se debe erradicar.
Todo
es cultura sí tiene un propósito de bienestar general asociado a los ámbitos
más elementales de la lógica y el humanismo. Claro está que el mal es un hecho
cultural del cual sólo se puede aprender a combatirle, pero hay que tener
cuidado, no sea que terminemos transformándonos en aquello que tanto
repudiamos.
Nadie puede quedarse atrás
La persona más
sencilla en el pueblito más apartado, con la tarea menos convencional del
mundo, pero que religiosamente la realiza a diario y aporta a la sociedad, es
un hecho cultural latente y que va en contraposición de quienes estando en los
lugares más cómodos –socialmente hablando-, se duermen en su laureles y aportan
poco o nada al entorno.
Esto indica que
todo es cultura y vive en nuestro quehacer diario. En la torta que decora una
pastelera, en el baile folclórico que hacen dos niños; en la persona que toca
el violonchelo, el saxofón o canta en un Boulevard transitado, en la soldadura
que hace un obrero en una construcción y queda elegante y segura.
El buenos, días,
enviar un sticker de ánimo, saludar desde un balcón, aplaudir una película,
recoger un papel en la calle que tú no tiraste, sostener una puerta. Todo es
cultura, porque su propósito aunque sea micro, forma a una sociedad sana y de
futuro a manera macro.
Desde las páginas
web se pueden decir y mostrar millares de cosas buenas y todo es cultura en su
contenido, sí hace feliz y de mente amplia, sana y proactiva a quien accede a
tal material.
Muchos no saben que
son cultos, porque creen que sólo se demuestra con modales. Pero la realidad es
que todo es cultura cuando se demuestra la propia esencia del ser con respeto y
mucho de personalidad.
Es así como se
terminan las falsas poses, las mentiras o el alejamiento por temor a mostrarse
tal cual se es. Y comienza la difusión por todo medio factible, como en el caso
de las páginas web, para dejar legados honestos, bien educados, humildes y de
alto valor personal, que serán parte de los ejemplos culturales que estudiarán
y seguramente emularán las nuevas generaciones.
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