Lo Mejor de Cada País

 SER EL MEJOR: Un hecho cultural del mundo

La competitividad jamás será mala, mientras no se busque hacer harina de los demás competidores. El ser competitivo es una naturaleza innata que poseen los seres humanos por conocimiento y los animales por supervivencia e instinto en sus agilidades de ataque y defensa.

Podría decirse que las flores y árboles también compiten por ofrecernos sus más bellas y deliciosas creaciones, aunque sea un ciclo de vida. Pero con ellas en casas, jardines, plazas, las personas compiten por tener el mejor ornato, la mejor decoración, la mayor protección mutua del medio ambiente.

Competir es propio de ganadores, de esos que han establecido sus objetivos y que no dejan a un lado las posibilidades de fracaso, retraso o cambios en la vía. Saben que si se cierra una puerta, se abren varias ventanas. Llegar al objetivo sin trastocar a nadie es la mejor forma de que el fin justifica los medios como bien reza dicha sentencia.

La excelencia

El ser humano puede ser aceptable, mejor, bueno, buenísimo, súper y excelente o supra excelente, pero jamás perfecto porque la herejía está tomada en cualquier cultura como un envanecimiento que no soporta ninguna prueba.

Con reconocer fallas o que se puede fallar y seguir, escuchando, corrigiendo, adaptando, mejorando y sintiendo, las personas van construyendo un piso político (no confundir con política partidista) y social que los transforman en entes culturales referenciales.



Todos los países tienen sus mejores

Sean objetos, lugares o personas, cada país tiene sus mejores cosas porque la antonomasia y el esfuerzo así lo han demostrado.

Sin ánimos de ofender por comparación u omisión y sabiendo que me quedaré corto, voy con una lista de las mejores cosas que he escuchado de varios países:

Mejor repostería: Francia

Mejor disciplina: Japón

Mejores cachimbas: Países Árabes

Mejores asados: Argentina

Mejores fiestas: España

Mejores laboratorios de investigación: Alemania e Israel

Mejores alimentos a bases de carbohidratos: Italia

Mejor tecnología: Japón

Mejores narraciones: Todos los países que forman la Gran Bretaña.

Mejores comidas típicas: México.

Mejores concursos de belleza: Venezuela.

Mejor béisbol: Estados Unidos.

Mejores revistas de chistes: Chile, España, México.

Mejores leyes laborales: Irlanda del Norte e Irlanda del Sur.

Mejor cuidado de la apariencia personal: Corea del Sur.

Mejor país con playas para el surf: El Salvador.

Mejores relatos mitológicos: Grecia, Roma, México, Venezuela, Perú, Argentina.

Mejore cría de cerdos: Cuba.

Mejor cuidado de su arquitectura: Italia, Portugal, Países Bajos.

Mejores lugares turísticos: España, Islas del Caribe.

Mejores películas con efectos especiales: Estados Unidos.

Mejores bailarinas: Rusia, España, Brasil.

Mejores películas sin efectos especiales: Francia, España, México.

Mejores mujeres: Todo el planeta.

Mejor sistema operativo para teléfonos: Android.

Mejor sistema operativo para PC: Windows.

Mejores Videojuegos: Nintendo, PlayStation (Japon, USA).

Mejores lectores: Todos los que apoyan a los blogs y páginas web que llegan ante sus clics.



La competencia, ¿resuelve algo?

Sí, definitivamente lo hace. Porque permite a los espectadores a auto – analizarse y ver sus reacciones ante los triunfos de sus coterráneos cercanos o no y a mejorar para mostrar su mejor actuación en el predio en el que se desenvuelva, sin envanecerse.

La competencia deportiva que tuvo su mayor fortaleza en Los Juegos Olímpicos y que tiene mayor atractivo en el Mundial de Fútbol FIFA, entre otras competiciones como la Champions League, MLB, Super Bowl, etc., instan a la preparación y activan un gran motor de personas que lo hacen posible y mejor.

Eso ayuda a que las personas y pueblos se hagan más competentes en mejoría. Esa competitividad por la eficacia sólo puede traer buenaventura si se sabe canalizar y no se hace obsesión.

De esa manera los pueblos se fortalecen culturalmente en base a varios ejes fundamentales de su historia remota y que se está construyendo. Ser competentes y saber analizarse, disfrutar, derivar y proyectar en lo que ya son mejores, mueve socioeconómicamente a los pueblos y les insta a prepararse para ser y hacer lo mejor.

Y un pueblo instruido es menos propenso a la debacle, porque la cultura, levanta naciones.

Lcdo. Argenis Serrano - @Periodistech

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