Todo
hecho comunicacional, sea micro o macro, tiene importancia en la vida de un
grupo determinado y por el hecho del respeto a las minorías por ser parte vital
en el ecosistema comunicacional, se les ha de otorgar el respeto debido, en
especial cuando puede ofrecer valores en sus metamensajes, mismos que son sólo
una orientación, jamás deben ser tomados como una barrera o un imán para
adentrarse en la vida de propios y extraños, no al menos sin el análisis de
profesionales en psicología, psiquiatría o quienes puedan estudiar la conducta
humana desde las emociones.
Tocamos
pues un punto valioso en la actitud, visión, tabúes, mitos, libertad y/o
libertinaje, pudor, sentimientos, empatía, sincronía con la realidad que puede
tener una persona con tan sólo saber qué publica en sus redes sociales más
selectas, de esas que llegan a grupos determinados y que comúnmente llamamos “contactos”.
Nota: Acá se incluye por igual sí su estado es público, privado para sus seguidores y/o con limitación a cierta(s) personas. Sépase que es un análisis pro, no en contra, aunque existen personas que de plano no les gusta ver los estados de los demás.
Los Estados de WhatsApp: Los números ganados u obtenidos
El
directorio telefónico no los trae y los permisos de la app los conectan. En dichos
estados se consigue lo más variopinta. Desde el típico Piolín con flores que se
puede descargar de otra red o de aplicaciones específicas para WhatsApp, como
un video de un hecho noticioso, una opinión personal desde la rabia, la
tristeza, la desolación, el amor, la soledad, el fastidio, el humor, la ironía, el sarcasmo,
la indirecta.
Videos
desde lo más trivial, hasta los montajes especiales, la reposición de los ya
famosos Tik Tok, los enlaces a otras redes sociales. Las selfies, fotos de sus
logros de micro a macro en todo aspecto. Capturas de otras conversaciones,
fotos y videos lujuriosos desde la censura B hasta la XXX (y más).
Todo
ello y más devela los límites, sensaciones, confianza, esperanzas, contactos,
necesidades expresivas, sentimientos, trivialidades, el alcance de la visión
sociocultural o sociopolítica; el ego, el yo, el ello y el superyó. Los hechos
más recientes acaecidos en la vida de las personas, su necesidad de contacto y
su obligación también de manifestar actividad, esto con el fin de no preocupar
a su entorno, porque con ello dicen que están activos y cómo se sienten.
He
allí el valor de ver aunque sea por amistad o familiaridad los estados de sus
contactos. No hacerlo es su decisión, tanto como no querer informarse de lo que
ocurre en el país nacional, pero no les extrañe que también la contraparte le
vaya relegando de esa forma. Súmele el poco nivel de mensajes personalizados
que ahora se hacen (ahora es más el GIF, Stickers o Reenviado) y que ya hay un
grosso poblacional que del teléfono quieren todo, menos hacer llamadas ¿?
Similar: Las Stories de Instagram y Facebook
Acá
no varía mucho con los estados de WhatsApp, hay más contactos, algunas limitantes
similares pero ante las acciones derivadas algún grupo aparte también las puede
ver. Existe más pudor porque las reglas de censura son distintas. Muestran el
lado amable, pícaro, social de las personas y utilizan más pluggins para dar
más ánimo y captar audiencia.
Su
valor sociocultural es la concatenación en pro de una información veraz y en
tiempo real con sentido social, un entretenimiento que lucha en pro de la
creatividad (aunque no todos lo logren) y formar un mercado comercial más depurado,
más real, que salga de las campañas tradicionales y se acerque más a las
personas. Ese es su valor cultural mayor, la sensación de cercanía.
En conclusión
Una
manera de expresar cultura es la buena voluntad, la diplomacia y la atención a
las emociones, expresiones y visión de nuestros más allegados, sean familiares,
amigos, contactos derivados de las redes, colegas, compañeros, clientes y
entorno social – país.
En
esas stories está la cercanía, la libertad, lo dicho sin filtros, lo que ayuda
a comprender a quienes publican y nos pueden hacerle conocer un poco más y
saber trabajar con equidad el trato en sus ideologías, sentimientos, acciones y
hasta en sus lados más atrevidos.
Y cuando se quiere, se aprende a ser y estar con esas personas, en la buenas y malas. Nada devela más la cultura de una persona y una sociedad, que el amor al prójimo.
Argenis Serrano - @Monedistech
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