Existen
algunos lugares comunes en donde todos nosotros como
seres humanos logramos crear una zona de confort mutua. Pequeños espacios y
momentos en los que nos encontramos en un nivel eufórico único e inigualable en
cada experiencia vivida.
Esta puede
ser con amigos, con alguien especial y cercano, con tus familiares o incluso
estando solo en la comodidad de tu hogar. Algo tan sencillo en el acto pero un
poco complejo al momento de sentarse a analizarlo, me refiero a las emociones
que liberas al escuchar música.
Muchos estudios se han realizado con respecto a este pequeño fenómeno hormonal que ocurre al momento de escuchar música, incluso, se ha comprobado que se liberan las mismas sustancias de cuando se tiene sexo, se almuerza una comida estupenda, o se tiene una adicción a las drogas. Ejemplos totalmente disparejos entre ellos, pero que coinciden en el mismo resultado, el placer, es decir que se liberan grandes cantidades de dopamina al momento de escuchar música.
Ahora, aquí es donde entra la parte complicada, el porqué del asunto. Varias universidades en los Estados Unidos han realizado diferentes series de experimentos y estudios para determinar de dónde provienen estas sensaciones generadas por sonidos armónicamente reproducidos en compases de tiempo. Algunos han llegado a varias conclusiones:
Antropólogos aseguran que se debe en parte a la genética y a las tradiciones que mantenían los antepasados al momento de realizar rituales, sobre todo en el África. Danzas, cantos y oraciones se realizan al compás de la música y tambores. Quiere decir que seguir el ritmo y la emoción de seguir las vibraciones es obra del cerebro reptil, algo totalmente natural.
A su vez se afirma que está relacionado a la cultura en la que se vive, donde también entra la presión social. Es poco probable que te encuentres en un concierto de Heavy Metal y tú ni te inmutes cuando el resto de los allí presentes se encuentren brincando y coreando cada canción, son reflejos naturales de “seguir a la manada”, actos de supervivencia.
Pero ahora, ¿Por qué lloramos con una canción triste cuando estamos solos? O incluso nos alegramos y lanzamos gritos de alegría cuando escuchamos nuestra canción favorita. Esto es un poco más simple. El hombre vive a través de los sentidos y es a través de ellos que se generan y almacenan los recuerdos. Cuando se escucha una canción, ésta puede recordarte algún momento en el que estuviste triste y, por consecuencia, puede hacer que repitas la emoción en ese momento.
Incluso, a veces el efecto que logra la música en cada individuo es tan único que no se sabe diferenciar cuál emoción es la que se está viviendo en el momento preciso. Sin duda alguna uno de muchos misterios que abarca este curioso pero interesante mundo.
Autor: Jesús Alfonso Hernández
http://www.lacuadrauniversitaria.com/blog/efecto-que-causa-la-musica-en-las-emociones
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