Cada
agrupación coral asume los viajes dentro o fuera del país de la misma manera,
ya que además del respeto al público, el viaje del coro es una forma de
catarsis y de hacer valer su vocación por la música y, bueno, relajarse y
aprender.
No
toda agrupación cuenta con un sponsor que le ayude en el total o parcial del financiamiento
de cada viaje. E incluso, en ocasiones, teniéndolo, se hacen los difíciles para
aportar y sus negociaciones son o bravatas o llanto o indiferencia hasta el
último minuto.
Incluso,
terminan aportando todo o parte de lo convenido cuando el coro está de regreso,
lo que indica que el viaje del coro fue pagado de su propio bolsillo y hay
riesgo de que no sea cancelado.
Nos
ocurrió en par de ocasiones con el Colegio de Médicos del Estado Aragua y le ha
ocurrido a otros coros pertenecientes a los Colegios Médicos de Venezuela.
Callarlo no es prudente, sino motivo de preocupación que, con sus actitudes,
acrecienten las fallas intergremiales y culturales que socavan más la unión
entre los médicos y su colegio, aunado a los problemas del país.
El viaje del coro, siempre será posible
Nosotros
llegamos a tener apoyo de las clínicas y fundaciones privadas para poder
costear algunos de nuestros viajes, así como los obsequios y placas
representativas al Estado que se entregaban.
Hasta
uniformes –a modo de sponsor-, llegamos a concretar gracias a las personas que
creen y aman a la música coral y al arte en general y saben las peripecias que
se han de realizar para salir de los límites geográficos.
Con el aporte de Tours Huaraz pudimos obtener la logística para
realizar algunos viajes, como así hicieran algunos otros coros hermanos del
país y por igual los viajes independientes de los miembros de cada agrupación,
gracias a que ofrecen calidad, buena
atención, precios asequibles y brindan confianza.
Porque los coralistas venezolanos sabemos
retribuir a quienes nos tienden la mano y ayudan a llevar el canto a donde sea
requerido. Para eso ensayamos, por ello cantamos, de allí es que realmente
existimos.
Financiamiento
Muchas agrupaciones acuden a sistemas de
ahorro, teniendo fecha y destino claros; se aporta a una cuenta mancomunada, se
tiene un tesorero y un supervisor.
Allí, se realizan aportes espontáneos o cifras
pautadas –según posibilidades, muchos son estudiantes o están económicamente apretados-.
Se suman las rifas, verbenas, colectas en los
conciertos (con una caja mágica para que quien lo dese aporte lo que de su
corazón salga, todo vale oro).
Nuestra agrupación incluso llegó a ofrecer
serenatas y a cantar en actos privados y bastante que nos ayudó cada aporte,
además de ser oportunidades de foguear nuevo repertorio y matizar de distinta
manera nuestra performance.
De allí que el viaje del coro
Es una experiencia bien ganada, de trabajo mancomunado
y buena coordinación y disposición disciplinaria de los integrantes, quienes
aportan ideas para hacer a la experiencia más nutrida.
Y, además del aplauso del público, el poder
hermanarse entre los integrantes, cuidarse y ver otras facetas personales por la
convivencia, retroalimenta el gran poder de las agrupaciones corales
venezolanas: Superar obstáculos, para que el canto coral jamás muera.
Muchas gracias a quienes saben comulgar con
las necesidades de los coros; para quienes brindan sus aportes para que el
viaje del coro se realice y gracias a quienes extienden sus invitaciones y
brindan buena asistencia logística para que, hasta de la manera más modesta, el
viaje se concrete y la gira sea un éxito.
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