Nada por compromiso es bueno y por ende, no trasciende. Regalar es un arte que hasta de manera corporativa tiene su gracia o simplemente no le funcionará ni a quien lo hace ni a quien lo recibe, siendo éste último quien podría resentirse y alejarse, lo que haría perder un cliente.
Digamos que mucho más grave en la vida personal. Quien no se ocupa de regalar pensando abiertamente en su contraparte, sólo está dando un objeto, pero con el mismo no hay lo verdaderamente valioso: Interés, afecto, empatía, simpatía, futuro.
Y no decimos -ni aceptamos- que una amistad dependa de lo que vaya a regalar o le regalen. Decimos que el detenerse a obsequiar debe ser un acto que realmente demuestre un sentido de propiedad para con el amor, la amistad, el compañerismo.
Cómo regalar demostrando una cultura de empatía
Primero, ha de realizar una guía de compras y de no saber cómo se hace una, pues revisar en los buenos y múltiples enlaces coloridos que hay en la Internet hasta cliquear el más acertado de todos, que le aporte una ayuda sistemática para encontrar diversidad de regalos.
Ergo, lo que también puede hacer visitando centros comerciales y/o tiendas departamentales, lo resume a través del comercio electrónico.
No, no es un acto estéril, es una manera de hoy que ya se ha compenetrado con la normalidad, así que es un hecho cultural contemporáneo con el que se puede cohabitar. Pero también el ir a la calle es bueno, porque lo tradicional jamás pasará de moda.
Luego, vaya anotando a cuántas personas ha de regalar para las fiestas. Anote su nombre en un papel y al lado coloque cuál es su mayor virtud, cuál su necesidad más evidente y en el otro renglón, basado en su interacción con esa persona que le ha develado su personalidad, anote qué cree usted que le podría sorprender. Salirse de lo convencional de los dos primeros ítems.
Ya realizado este trabajo, diríjase a la web que funge como guía de compras y permítase dejarse ayudar. Podrá crear segmentaciones de precios (que no precisamente es segregar entre las personas listadas, simplemente es distribución equitativa).
Allí tendrá variedad de opciones para regalar, ofertas de envío y hasta el embalaje. Porque la presentación es importante.
Y algo que no nos ha de quitar la tecnología es el placer de una dedicatoria, una manera cultural ancestral que ayuda a interconectar sensaciones y sentimientos entre las partes.
Tome lápiz y papel y anote lo que siente, lo que desea para esa persona, por qué brinda y qué espera del porvenir mediato.
Hasta una carita sonriente en esa misma nota adjunta a lo que va a regalar, brindará a quien reciba el presente el verdadero sentir de un regalo material: que la persona lo hizo pensando, sintiendo y queriendo.
Porque más valioso que el regalo material, es el regalo del cariño, lo útil, el respeto y empatía que con cada acto de regalar, se tenga.
La cultura no discrimina y usted es un ente cultural, incluyendo el acto humilde y fraterno de regalar.
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