Es innegable que el
legado cultural, social y político de Roma o el Imperio Romano aún está con nosotros. Una tercera parte del mundo
habla idiomas nacidos de o influenciados por el latín. La misma tercera parte
se rige por las leyes surgidas del Derecho Romano o influenciadas por este.
Qué decir de la
arquitectura occidental. Sólo hace falta pasearse por ciudades europeas y
americanas para ver el enorme ascendente grecorromano. El mundo clásico
sobrevive en nuestra propia cultura y civilización.
Pero hay muchas cosas
más que nos dejaron los romanos, algunas menos obvias. Monty Python resumió
algunas de ellas en el célebre sketch de La
Vida de Brian. En muchos casos, no es que los romanos nos lo hayan traído,
ni inventado. Ellos simplemente lo reorganizaron todo.
No les vamos a contar
nada nuevo, todo es bien conocido. Sólo haremos una recopilación sucinta.
Veamos pues, algunas de las cosas más importantes que nos dejaron los romanos.
Lo que nos dejaron los romanos
Allá donde iban los
romanos, primero causaban caos y luego llevaban paz, la Pax Romana. Claro está, el orden era impuesto, por las armas, al
menos al principio. Poco a poco los colonizados se acostumbraban y hasta se
convertían en defensores del régimen.
La Antigua Roma era una
civilización muy legalista. Las leyes lo eran todo; son leyes no había orden,
sin orden no hay riqueza. Los romanos convirtieron a los abogados en figuras
principales de la sociedad, tradición que continúa en la actualidad, mal que
nos pese.
Pax Romana
De hecho, muchas de las
grandes figuras de la historia romana fueron abogados: Cicerón, Craso, Julio
César. El Foro, el centro mismo de Roma, servía de tribunal, donde los abogados
y fiscales debatían la culpabilidad o inocencia de los acusados.
Si alguien no acataba
las leyes, se arriesgaba a enfrentarse al peso del ejército, probablemente uno
de los más poderosos y eficaces de la historia. Pregúntenle si no a Espartaco, Viriato
o a Vercingetorix.
Las infraestructuras
Probablemente el aspecto más visible de la herencia romana. Los caminos, templos, acueductos y teatros romanos aún perviven. Muchos aún se utilizan, dos mil años después. Aún se ven óperas en el Coliseo de Verona, Italia, lo mismo que ocurre en decenas de teatros romanos en toda Europa.
Es obvio que algunas de
estas infraestructuras fueron más allá de su utilidad práctica. Los caminos,
puentes, puertos y acueductos fueron cruciales en la expansión y consolidación
del estilo de vida romano, de la civilización.
No sólo eso, sino que la ingeniería y arquitectura romanas se quedaron con nosotros. Aún construimos edificios con columnas, cúpulas y arcos. Eso sí, hay que aclarar que, en este como en muchos otros casos, los romanos lo habían copiado de los griegos, pero fueron ellos quienes contagiaron de la fiebre artística a todo el continente.
Por si fuera poco, los
romanos también nos dejaron un importante ingrediente en la construcción: el
cemento. Gracias a la puzolana, los romanos fueron capaces de construir en el
agua y miles de generaciones de ingenieros, arquitectos y relacionados
aprendieron de ellos.
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