Históricamente, los grupos militares han sido
utilizados por los estrategas para: investigar, atacar, defender y cazar a sus
enemigos. Brindar asistencia a los grupos de poder (la monarquía, el clérigo y la nobleza) y el control ciudadano.
Más el paso de los siglos ha enseñado que el
entrenamiento debido puede prevenir y resolver situaciones cotidianas que son
peor que las guerras en el sentido de que estas no tienen las acciones y
decisiones humanas como detonantes como sí lo tienen los conflictos bélicos.
Además del entrenamiento de salvamento se encuentra el
de defensa y ataque que contienen entre otros, elementos de salvamento según
los amerite el caso.
Entrenar para la agudeza mental
Los entrenamientos militares y policiales son de ensayo
y error. El aprendizaje de un conjunto de técnicas, estrategias, deberes,
protocolos y procedimientos estándar que se hacen base para el fragor del
momento.
Además existen los grupos de defensa o protección
civil, bomberos, tránsito, seguridad de aeropuertos, escuadrones élite tipo
SWAT, agentes de seguridad privados y muchos más.
Esas personas consiguieron su vocación quizá guiados
por sus padres o familiares y amigos, la necesidad, el alistamiento militar o
policial obligatorios, la adrenalina. Culturalmente se sienten identificados
con la necesidad de servir y proteger,
eligiendo la mejor área para ocupar sus acciones.
Aprenden a azuzar sus sentidos estando en situaciones
de stress, de rehenes, de salvamento, contra grupos delictivos. Utilizan el revolver de fogueo para aprender a
defenderse con una aptitud psicológica muy clara:
Quien porta y saca un arma,
es que sabe estar dispuesto a usarla.
Créanlo o no es una forma
de cultura armada. Una forma psicológica atada a una filosofía que insta a las
alternativas. Cuando se hace el entrenamiento correcto con ese tipo de armas se
está preparando para las verdaderas que están ancladas a acciones de resguardo,
rescate y reducción de malhechores.
Quienes las deben portar
Aunque haya permisos de
porte de arma de fuego en casi todos los países del orbe, además del formato
existente en los Estados Unidos de Norteamérica donde se amparan bajo la segunda enmienda constitucional que
declara el uso legal de las armas para defenderse, una ley del siglo 19, pues
eso aún obliga a que las armas las porten quienes tienen entrenamiento, los exámenes
psicológicos y que no ven sombras en otros lados.
La defensa y entrenamiento
con un revolver de fogueo es una práctica común y muy respetable. Su uso
siempre debe estar atado a la legalidad y la lógica.
Otras formas de entrenarse
La mente se entrena para
el stress y así en situaciones reales pueda reaccionar lo mejor posible,
evitando que un shock o duda sea pernicioso. Si bien no deberíamos tener
motivos culturales para defendernos, la vida nos enseña que ello nunca estará
sobrando.
Los videojuegos de Play
Station, Nintendo, Xbox y dispositivos móviles están diseñados no sólo para
recrear un ambiente hostil a reducir. También enseñan a tener mesura, lógica y
utilizar los nanosegundos para tomar decisiones, impulsando a las positivas.
La cultura preventiva y de
defensa nos provienen del instinto de supervivencia que se nos activa apenas
soltamos el llanto al nacer. Entrenarla para no apagarnos, tal cual hacen los
organismos de defensa de los países, procurarán que las situaciones adversas y
de riesgo en las que se requiera o no un arma o sean de rescate y alerta, jamás
nos tomen tan desprevenidos.
Agudizar los sentidos con
entrenamientos para ciertas ocasiones es prepararse para la vida.
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