Con el paso de los años he escuchado y leído a varios psicólogos decir que sólo
soñamos un poquito y antes de despertar, que en realidad no es mucho lo que
soñamos. En realidad creo que esas personas no son bastante perceptivas,
receptivas ni tienen un descanso profundo y acogedor.
Su idea, aunque tenga
basamento y difusión respetable, podemos bien objetarla con lo siguiente:
varias veces dormimos o “dormitamos”, soñando en esos lapsos de tiempo que son difíciles
de medir sin el uso de un reloj y bastante de atención. Para cada vez que despiertes,
hay sueños.
No se sabe cuándo vas a despertar, pero sí hay sueños con largas
tramas que a veces por incomodidad, ansias, alegría, una especie de “ensoñación”
o magia en los sueños, nos hacen despertar. Ese tiempo de horas en el que se ocurren
cosas que ni en nuestra imaginación se hilvanan de tal manera, con elementos,
personas y lugares que escapan a nuestro entendimiento, puede ser llamado “un
sueño breve porque vas a despertar”, considerando el despertar como la hora en
la que iniciamos nuestra faena.
Los sueños son un Jamáis vu
El “Jamáis vu” es lo opuesto
al “déjà vu”, es decir que significa “algo jamás visto”. Aunque se ocurran
escenas, lugares, personas que sí conozcamos, se encuentran también otras y
otros de esos mismos que jamás hemos visto por medios electrónicos, libros,
revistas y mucho menos por transitar. Son elementos que no sabemos o no
recordamos cómo llegaron a nuestro ser pero se transformaron en una “base de
datos oculta” que sólo pueden activarse con la calma que es el dormir y
usa como almacenaje y pantalla al subconsciente.
Esto que comentamos es de
lo más común y ha sido por siglos sujeto de estudio y percepción; como de seguro usted busca ahondar más sobre ello, les recomendamos a esta web que explica con profundidad pedagógica, psicológica e intuitiva sobre el tema.
El subconsciente es la zona de la mente donde los sueños afloran y nos dan vivencias, también habita una voz que nos comunica con el entorno, con la previsión, la cautela, el arrojo, el discernimiento, la toma de decisiones, la percepción de voces lejanas que nos indican mejoras a las que no podemos eludir o el aviso de un “alma gemela”, que nos requiere.
El subconsciente es la zona de la mente donde los sueños afloran y nos dan vivencias, también habita una voz que nos comunica con el entorno, con la previsión, la cautela, el arrojo, el discernimiento, la toma de decisiones, la percepción de voces lejanas que nos indican mejoras a las que no podemos eludir o el aviso de un “alma gemela”, que nos requiere.
Argenis Serrano - @Monedistech
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