Ha acompañado a la historia desde hace unos 6
siglos atrás aproximadamente, desde la aristocracia hasta el mando político y los hogares más
humildes en zonas colonizadas, urbanas y apartadas.
Se ha comprendido que es un suelo que protege la
salud de los habitantes de cada hogar, resiste los embates del clima y se le
envuelve en el halo de la célebre frase “Hogar
dulce Hogar”. Nos referimos a
los suelos de madera, en especial al más noble, exquisito, resistente y
conocido en el mundo: el suelo roble.
Este robusto árbol, del cual se elaboran los mejores
suelos, así como demás muebles del hogar, puertas y ventanas, simboliza la
fuerza física como moral. Por ello es que culturalmente se asocia a casas donde
la tranquilidad y estabilidad se ve enmantada en un halo de energía positiva
atraída por madera tan pura.
De allí la expresión “fuerte como un roble”, ya que
de éste árbol es sinónimo de firmeza, salud y longevidad. De hecho, cuando es
talado y procesado como por ejemplo la manufacturas de lozas para suelo, su
vigor y vitalidad se mantienen técnicamente intactos. Con el debido cuidado que
recomiendan los expertos y que no es precisamente de alta labor ni costo, el
piso de madera de roble será parte de un hogar por décadas, lo que se ha
comprobado en residencias que terminan siendo herencias familiares y en que uno
de sus legados, es un piso firme, agradable, cálido, de buena vibra, elegante y duradero como sólo puede ser el de madera.
Crece de común en suelos con humedad, lo que lo hace
mucho más ecológico ya que se ajusta a los constantes cambios de clima y su
limpieza con agua en tiempos de verano; ergo, en toda estación mantiene una
humedad natural y la misma no lo afecta ni enmohece dándole el tratamiento
adecuado.
En las últimas décadas el arte de la decoración se
ha hecho parte fundamental en la creatividad, armonía y convivencia hombre –
naturaleza, jugando la madera una mayor presencia de la que tenía siglos atrás
que sólo era considerada el material más cercano y de ello se construían casas
con pisos, paredes y techos de troncos y la ebanistería trataba al noble y
demás maderas con carácter temporal ya que no todas eran tratadas para su conservación
de la misma forma, quizá por el status.
En la actualidad, poseer un piso con suelo de
madera, es congeniar con los enseres y estilo propio de sus habitantes, creando
una conjunción idónea para un mejor vivir, un gusto al transitar en calcetines,
con zapato de todo tipo o descalzo. Por igual es excelente para oficinas y
comercios que tengan conciencia ecológica.
En un suelo de madera se conjuga pues la historia,
la arquitectura, el diseño, la creatividad, la armonía, la diversión, la salud,
recreación y descanso que cada persona quiere para una casa bien construida,
muy moderna y que será llamada con razón, un hogar de buen gusto.
Lcdo. Argenis Serrano - @Monedistech
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