Crisipo de Soli. Fue
un filósofo griego del siglo III a.C. que se convirtió en uno de las
principales figuras del estoicismo. Tras la muerte de su fundador, Zenón
de Citio. Ya en la Antigüedad, le llamaban segundo fundador de la Stoa y
hasta decían: «De no haber existido Crisipo, no existiría tampoco la Stoa». Diógenes
Laercio escribió: “Si los dioses se ocuparan de dialéctica,
utilizarían la dialéctica de Crisipo”.
Los estoicos dividían
la lógica en retórica y dialéctica. Crisipo dio para
la lógica una definición exacta de la proposición y de las reglas concernientes
a la división sistemática de todas las proposiciones en simples y compuestas
(Estoicos).
Síntesis
biográfica
Natural de Tarso o
de Soli (Cilicia), figura máxima de la escuela estoica. Fue muy
importante en su época ya que escribió 705 tratados, desaparecidos en su
mayoría y de los que únicamente ser conservan algunos trozos.
Fue el paradigma de la
elocuencia y la retórica en su tiempo y uno de los filósofos ascéticos más
destacados Pero a pesar de todo, este pensador tenía sentido del humor y de
paso afecto a los animales, por lo que tuvo la brillante idea de darle de beber
vino a su burro.
Puede parecer un maltrato
hoy día, pero en la época con la carestía del vino, tenía que tener gran afecto
al animal, sobretodo porque un burro es capaz de beberse un cubo de 10 litros
de una tacada. Las consecuencias fueron evidentemente lamentables para el
pollino que se emborrachó e intentó comerse los higos de un cactus, unos higos
chumbos. Esto le produjo un ataque de risa a Crisipo de Soli que le provocó la
muerte y se personalizó en el la frase “morirse de risa“.
Muerte
Su muerte, un tanto
extraña: murió de un ataque al corazón tras explotar a carcajadas al
ver como su burro, borracho éste, intentaba a duras penas comer un par de
higos.
Filosofía
estoica
Un prolífico pensador
Escribió más de
setecientos tratados acerca de lógica, ética y física, no
obstante, de todo ello apenas ha perdurado una colección de títulos y diversos
fragmentos. Fue un filósofo muy respetado en la Antigüedad y su labor fue
decisiva para el estoicismo en general, en especial por su tentativa
sistematizadora de la lógica megárica-estoica.
Separaba la dialéctica en
lógica de los significantes (sonidos articulados que se refieren a algo) y en
lógica de los significados (lo que cada término de una lengua expresa). Estas
teorizaciones lógicas fueron culminadas por Crísipo con una sintaxis lógica de
las proposiciones (axiómata) simples o compuestas, con una definición de los
argumentos indemostrables, y un conjunto de reglas de inferencia.
Contra
lo contingente
Tal y como lo intentó
Cleantes, su maestro, pero a través de un enfoque diferente, también buscó
la refutación del famoso argumento de Diodoro Crono, acerca de la
reducción de lo posible a lo real. Esta tesis enunciaba que toda posibilidad es
real, puesto que, aún si no ha sucedido, nada impide que alguna vez acontezca.
Esta premisa se contrapone directamente a una de las nociones más caras al
pensamiento estoico, misma que explica que: todo hecho es necesario en su
acontecer, puesto que se orienta según el destino (heimarmene), es decir, la
ley inalterable de las cosas.
Destino
y libertad
No obstante lo anterior,
en ese mismo afán combativo contra la propuesta de Diodoro Crono, Crisipo
distinguía entre hechos necesarios, como la muerte de Sócrates (todos los
hombres son mortales) y hechos necesarios, como perder la vida bebiendo cicuta
(Sócrates pudo haber fallecido por otras causas). Es decir, Crisipo trató de
hacer patente la distinción entre necesidades absolutas y necesidades
relativas, dentro de la perspectiva estoica de la realidad. Es justamente en el
ámbito de las necesidades relativas, en donde se despliega la moral estoica del
sabio: su decisión y capacidad de existir de acuerdo a la naturaleza, y
conforme al logos que determina los derroteros de las cosas y los
acontecimientos.
Actualidad
Todos sus textos se han
perdido en las arenas del tiempo. Y de sus más de 700 trabajos, sólo se
conservan citas realizadas por los personajes anteriormente mencionados y unos
pequeños fragmentos chamuscados hallados recientemente en la Villa de los
Papiros -una biblioteca romana “congelada en el tiempo” tras ser devorada y
enterrada por las cenizas del volcán que consumió a la ciudad de Herculea, que
junto a Pompeya, se ha convertido en el mayor tesoro arqueológico
de la historia. Al presente sólo se han procesado una pequeña cantidad de
documentos de la misma, principalmente ya que, literalmente, se debieron de
inventar y crear nuevas tecnologías para esta tarea. Por lo que en el futuro,
con suerte, se puedan encontrar más fragmentos perdidos de clásicos de la
antigüedad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario