La inmortal obra de William Hanna y Joseph Barbera trascienden más allá de los clásicos gangs de golpes, gritos estentóreos y cacerías frustradas. Son la fachada perfecta para el arte y la difusión de grandes clásicos.
No es por nada que Tom y Jerry poseen varias estatuillas del premio Óscar, porque con humor y dolor (el de Tom), crearon un mundo que tiene el acompañamiento musical de los clásicos.
Y ya son muchas las obras que reflejan collages (sí, collages) del arte de este gato y ratón junto a sus amigos. Conjunciones de sus mejores escenas musicalizadas y que instan a músicos de escuela que son siempre vistos sentados a lo que saben, demostrando su humanidad con gracia haciendo pantomimas o morisquetas propias de este dueto fantástico.
En el título de este post colocamos que es inspiración. Y lo es, ya que vemos a la joven asiática Yannie Tan (en Instagram es @yannietanpiano), demostrando sus dotes artísticas al piano interpretando una pieza que es acompañada con la versión original de la parodia de Tom y Jerry. El tema es la Rapsodia Húngara, la cual la joven interpreta de manera magistral porque introduce los movimientos adicionales con música de rock y algunos sonidos bufos propios de la caricatura.
Cientos de jóvenes consiguen la inspiración en las caricaturas para aprender el arte o para exponerlo mucho más allá. Está el ejemplo de una joven patinadora rusa que en un torneo internacional de la especialidad, realizado en Japón, hizo una rutina de patinaje de alta calidad disfrazada (cosplay) y con el tema musical del ánime: "Sailor Moon".
Varios jóvenes en el mundo están usando los poderosos temas japoneses para sus cover y hasta para participar en concursos de canto en televisión, revalorizando dichos intro's que están inspirando a los americanos a crear mejores.
¿No son esos casos de inspiración cultural, de trascendencia, de no minimizar lo existente y romper miedos y paradigmas?, para nosotros lo es.
Vamos a retarnos culturalmente y a perder el miedo al qué dirán. Innovar sacando al niño que está en nosotros, inspirarnos para inspirar, sacar más allá de lo convencional y así encontrar puntos de encuentro. Los resultados están en video, están en audio, están en la calle, y sí gustan, estarán en ustedes. ¡A triunfar!
Me quiero imaginar a jóvenes venezolanos interpretando con el cuatro temas que han visto en series; grabar sutes orquestales y/o corales basadas en comerciales o películas venezolanas. Concursar con canciones sudamericanas y dejar los alaridos de salsa, baladas o reguetón con los que concursan a un lado. No es hacer ese falso neofolklores, es seguir y mejorar un legado, las añoranzas y los gratos recuerdos que sigan siendo fuente de inspiración.
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