Desde
el punto de vista de un hijo, los padres son a veces difíciles de entender.
Hay
diferencias entre generaciones. Pero esto en realidad no es una barrera. Cuando
se es débil es una tentación refugiarse en subterfugios y mentiras y esto es lo
que crea el muro.
Los
hijos pueden reconciliar sus diferencias con sus padres. Antes de que empiecen
los gritos se puede al menos tratar de hablar con calma. Si el hijo es franco y
honesto, es inevitable que su petición llegue. Con frecuencia es posible lograr
un arreglo que ambas partes comprendan y con el que puedan estar de acuerdo. No
siempre es fácil llevarse bien con los demás, pero deberíamos intentarlo.
Uno
no puede descartar el hecho de que los padres casi siempre actúan a partir de
un deseo muy grande de hacer lo que ellos creen que es mejor para un hijo.
Los
hijos están en deuda con sus padres por haberlos criado…si así lo hicieron.
Aunque algunos padres son tremendamente independientes y no aceptarían nada a
cambios por esa obligación, es un hecho que a menudo llega el momento en que
corresponde a la generación más joven cuidar de sus padres.
A
pesar de todo, uno debe recordar que son los únicos padres y amor gigante que
tiene. Y por ser sus padres y sin importar el qué haya sucedido, debe honrarlos
y ayudarlos.
El
camino a la felicidad incluye tener buenas relaciones con nuestros padres o con
aquellos que nos criaron.
Dé un buen ejemplo
Es
mucha la gente en que uno influye. Esta influencia puede ser buena, mala,
mediocre, desvanecida por otros. Está de parte del “influencer” el ser más y
mejor para con sus oyentes, lectores, entorno directo.
Si
uno conduce su vida observando estos consejos, está dando un buen ejemplo. Los
que nos rodean no pueden evitar que nuestras acciones influyan en ellos, sin
importar lo que digan.
Si
alguien está tratando de desanimarte, lo está haciendo porque realmente quiere
perjudicarte o porque está buscando su propio beneficio. En el fondo, te
respetará.
Tus
probabilidades de supervivencia irán mejorando a la larga, pues otros,
influenciados, se volverán menos amenazantes. Existen otros beneficios.
No
subestimes el efecto que puedes producir en otros con sólo mencionar estas
cosas y dar buen ejemplo por tu propio derecho.
El camino a la felicidad requiere que uno dé buen ejemplo a los demás. Así ese transitar no será de uno solo. Allí, mientras más, mejor.
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