Complicado
hablar de éstos temas tan abiertamente en un mundo donde lo prolijo y
entrelazado de la cultura aún se desvirtúa en lo que consideran
tradicionalismo, normalidad, respeto, valores y que esconden miedos,
prejuicios, distanciamiento personal y fobias que pueden o no ser hostiles.
La
comunidad LGBT y las demás siglas que se les han incorporado y/o se
incorporarán mientras cada persona o grupo exija inclusión en un mundo al cual
ya pertenecen y no parecen querer reconocerlo primero para que no sea tan
necesario que otros lo hagan, pues son una comunidad que existe para
conformidad o inconformidad a quienes somos heterosexuales y para quienes se
engloban en grupos mayoritarios y que se dicen preponderantes.
Basados
en esa realidad que se acepta, se respeta y que no debería afectarnos (motivo
principal de éste articulo), tomaremos algunas consideraciones para que no se
confunda más la discriminación deplorable con la necesaria línea del no
compartir o del sí evitar, explicamos:
Homosexuales y
Lesbianas:
Obviamente deben ser respetados. Y los heterosexuales sin problema alguno
podemos, debemos y apreciamos estudiar, trabajar, jugar, compartir, ser amigos
y familia de ellos sin incomodidad. El no compartir y el evitar implica evitar escenas en público que no
sean adecuadas (ojo, besos sanos no son cuestionados), ni que quieran con ello
discriminarnos por vestir, actuar, valores tradicionales, religión y gustos.
También que exijan que un heterosexual que les guste se enamore o haga cosas
con ellos, cuando no es su gusto ni querer, eso es lo que evitamos y debemos
deplorar como haríamos con cualquier heterosexual, siempre recordar hasta dónde
se tienen derechos y respetar la otredad de manera recíproca.
Bisexuales: Los heterosexuales
debemos respetarles como personas y jamás evaluar su forma dual de sentir al
mundo, son personas, familias, amigos y no estamos para juzgarles lo que no
dañe y sí estamos para hacerles ver errores como a cualquier humano, pero nunca
basándonos en su deseo. Lo que debemos evitar y no compartir es que nos quieran adentrar a sus deseos o
a los nuestros a través de nosotros. Igual que no deberían hacer sus relaciones
algo público, salvo como dijimos, afectos básicos como abrazos y besos, que
deberían ser culturalmente ya respetados.
Transexuales: Son el fruto de
su sentir, de su cuerpo, de su pensar y de sus actos responsables y por ello se
deben respetar y apoyar en lo factible para que jamás se sientan alejados de la
sociedad a la cual pertenecen por el simple hecho de haber nacido. Lo
que debemos evitar y no compartir
es que no admitan que seamos como seamos los demás en su entorno, eso no es
respetar de manera dual; tampoco el que quieran obligar a otros a que su
elección debe ser la que otros tomen como bandera de vida o serán execrados de
un nuevo orden mundial ¿?
Sí
te interesan las decisiones sexuales de los demás, culturalmente lo que tu
deseas es intimar con ellos. De resto, no te debe interesar sus apetencias sino
su actitud y aptitud en el desarrollo de nuestras sociedades, de quiénes son
para ti y de su aporte como persona.
Ninguna
decisión de una persona puede ser basada en las decisiones de la vida y
plenitud de género o sexo de los demás. Deben ser tomadas en su derecho de
ciudadano y en el cumplimiento de los deberes como tal.
No
molestar, importunar, incomodar ni coaccionar a los demás con nuestra manera de
ser, sino buscar un punto respetuoso e inquebrantable de respeto, nos permitirá
al fin matar a los prejuicios y ocuparnos en las cosas valiosas de las
relaciones interpersonales y el valor cultural de una nación.
Lcdo. Argenis
Serrano – Twitter: @Periodistech
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