La primera herramienta para rescatar nuestra cultura, es exponerla a lo ancho y largo, desde lo integral para luego ir a las regiones, porque por un efecto de retorno, las regiones querrán llevar su folklore a lo integral. Ese feedback puede hacer crecer nuestros valores.
Cultura, palabra compleja. Pero desde el saludo, la sonrisa, la cortesía, el civismo, pasando luego a la música, el baile (más allá de la llanerita en falda y el llanerito en liqui liqui), el cordófono por excelencia que es el cuatro, la pintura de nuestras regiones, la música venezolana que no habla de que se cogen a la mujer de otro o le montan cacho al marido, sino las alegorías con nuestra flora, fauna, natura.
El arte cinético de Cruz Diez (que ya es tan nuestro), lo pintoresco, lo casual, el talento para tocar instrumentos, el poder hacer de algo feo algo bonito y aleccionador.
Es tan complejo que me tomaría años poder explicar lo que siento, pero lo sintetizaré así:
CULTURA VENEZOLANA: Ser alegres en la adversidad y de lo mismo aprender para no reincidir; usar nuestros elementos para destacar y que de ellos se hable en el mundo. Que hasta el más pequeño talento, se haga parte integral de nuestra Venezuela. Generar nobles recursos y a la vez deslindarnos de la hostilidad, egoísmo, antipatía y miedo a la libre expresión de los sentimientos, sin empalagar, pero sin darle amargura.
El arte de ser venezolanos nos hace bien, si le aplicamos para mejor. Ya no demos más mal ejemplo ni seamos el hazmerreír, el primer paso está en cada quien, ya. Trascender es ejemplarizar.
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