Mirada al Arte: Las Ideas que se dejan morir

Esto lo escribí hace más de una década, en mis tiempo universitarios para la Cátedra de Animación Socio-Cultural, exponiendo lo que aún defiendo: la música coral está para grandes y animosas cosas, ¿por qué lo dejamos de hacer así?

Gracias a quienes inspiraron este artículo y que siguen dando presentaciones de este modo de manera consecuente. Sueño conque se multiplique en todo el país, quitar rigidez, más arte vocal y gestual.

MIRADA AL ARTE

Las ideas que se dejan morir…


Para el año de 1996, cuando el encuentro nacional de coros de colegios de médicos de Venezuela, tomaba la forma y estructura que tanto merecía, en principio por contar a partir de esa fecha con el respaldo oficial y completo de la Federación Médica Venezolana, que sólo había realizado aportes menores para las ediciones anteriores (I a VI), se debía mostrar al público de la exigente ciudad capital, el potencial y crecimiento del mismo, so pena de no causar el impacto y pasar por debajo de la mesa en el predio musical venezolano, de mayor influencia en la ciudad de Caracas, obviamente.

Con el ideal de mostrar su potencial más allá de los hospitales, consultorios y lugares de trabajo y estudios diversos, los integrantes de la coral del colegio de médicos del estado Miranda, anfitriones de la edición número VI, realizaron un montaje musical – teatral intitulado “Añoranzas Caraqueñas”, en el que de manera concatenada interpretaban canciones de la caracas de antier y contemporánea. Con la previa narración de la historia no conocida en cada canción con rasgos de humor y cotidianeidad, a cargo de el doctor José Inojosa y un grupo de niños y jóvenes que le consultaban sobre sus recuerdos, iban mostrando al público acompañados de la tradicional música cañonera, los rasgos de una Venezuela y una Caracas tranquila, llena de mitos, ética, dicharacheros y galanterías.

La muestra cultural paseó desde los tiempos de la Colonia, el disfrutar de Bolívar de la buena música y la grata compañía femenina; los bailes de la época, la música que motivaba la rebeldía fundamentada en la libertad, la musa que generan los sitios históricos junto a los personajes más pintorescos de las épocas pasadas.

Un paso a través de ritmos que se fueron acostumbrando y posesionando como modas en el gusto del venezolano, específicamente del caraqueño, fueron representados en este montaje conjunto entre médicos, músicos y bailarines venezolanos. En él, la música del amor se hacía presente en performance que trataban el tema de las serenatas al pie de los balcones, con las canciones venezolanas más significativas, llenas de amor hacia una persona, de ensueño y algunas que motivaban a oír la belleza de las zonas propias de hábitat.

La muestra representó parte de lo significativo de rememorar las bases de lo placentero, ético, galante y humilde que fue y debe ser el venezolano. Mostró los valores de nuestro sentir patrio al despedirse con las notas de nuestro segundo himno nacional el “Alma Llanera”.

Toda esta pieza teatral y musical fue elaborada en base a libretos del médico y humorista venezolano José Inojosa, bajo la coordinación musical de una de los más reconocidos músicos y directores corales de la actualidad, Luis Eduardo Galián, acompañados de los integrantes que como se dijo, ejercen en su mayoría el área de la medicina y afines, pero sin olvidar el sentir social, mismo que comparten con coros del mismo estilo que se encuentran en otros estados del país y que se han ido multiplicando.

Lamentablemente la idea de las performance en grupos no directamente relacionados con el teatro, dificultan el montaje por factores tiempo, dinero y/o miedo a este tipo interpretativo, que de ser instalado, le costaría cabida en el quehacer cultural por no ser grupos directamente del medio teatral, siendo por ello discutidos y criticados por quienes en pleno manejan los quehaceres del teatro nacional.

Ya desde 1996 en el predio de los coros médicos, el grupo que conformaba la coral médica del estado Miranda, que luego pasó por varios nombres y estados por problemas internos, intentó otros ensayos teatrales de menor éxito aún teniendo excelentes ideas, como “Celestial FM”, en el que reinterpretaba a una radio donde se oían las canciones y opiniones de cantantes ya fallecidos y la obra “El Despecho en América”, tomando como eje central las historias en un bar. Ambas bañadas de amor, humor y nostalgia.


Proyectos como este salvarían al medio coral venezolano, en especial el aragüeño que se ha visto tan limitado y cerrado a presentaciones institucionales donde no se puede mostrar el trabajo coral propio de sus ensayos y horas de dedicación. El llamado debe ser a una alianza entre los teatreros y coralistas para lograr consenso en el rescate de tales ideas a nivel nacional, con proyectos que puedan conjugar ambas artes y den espacio al conocimiento y talento tanto grupal como individual, alentando así las artes musicales y teatrales en nuestro país, con miras a un refrescamiento y acercamiento a la sociedad habida de nuevos elementos.

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