“Dicen que NO son
tristes las despedidas; dile a quien te lo dijo, que se despida.”
Hilda.
...Otra vez saboreo el dulzor de tu compañía y la
sensación nada egoísta de compartir mi alegría.
Te regocijas en la historia que una vez más se repite, te complace y me aíslo para sujetarme a ti, que me llamas por mi nombre.
Indudablemente eres parte de mi, sin ti no alcanzo el punto de equilibrio de mi ser, porque aunque suene paradójico inundas de pensamientos que confrontan las voces de mi conciencia, de mis acciones y sacuden mi mente y me hacen pisar tierra.
Eres la raíz de una realidad, eres principio, porque al llegar estabas presente y eres el fin porque al irme, se que tú me acompañarás a la eternidad.
Puedo asegurar que en la vida hay que saber vivir contigo y sin ti, porque en los momentos más difíciles, asomas tu espectro y me ofreces tu mano, tu compañía y aunque me distraiga el devenir de la vida, te quedas como el más fiel de los amigos.
Hay que entenderte, comprender tu presencia... ¿Será que la vida no es tu creadora? … ¿Seré yo?
Sí sí sí.....me contestas con tus frases armonizadas, con esos momentos donde se apaga el silencio y mis oídos se deleitan con el sonar abrumador de tu nombre.
Pero ya te conozco, eres tímida, pero decidida. Sé que la respuesta está en ese rostro que miro en el espejo y de esa alma que no emite reflejo directo en él, pero se estremece y se manifiesta en tu abrazo.
Sabes... disfruto del encuentro regular de nosotros y nunca pensé que te daría las gracias en público; sí gracias, porque eres el límite entre lo humano y lo divino, entre lo que soy y la realidad.
Queda mucho por decir, pero te lo diré en tu siguiente venida porque al levantar la mirada he notado que ya no estás.
...Hasta la próxima, Encuentro de Música Coral, para ti y todas y todos quienes te dan vida. Que el próximo año estés más fuerte y mejor, porque eres el momento donde puedo renovar mi vida.
Te regocijas en la historia que una vez más se repite, te complace y me aíslo para sujetarme a ti, que me llamas por mi nombre.
Indudablemente eres parte de mi, sin ti no alcanzo el punto de equilibrio de mi ser, porque aunque suene paradójico inundas de pensamientos que confrontan las voces de mi conciencia, de mis acciones y sacuden mi mente y me hacen pisar tierra.
Eres la raíz de una realidad, eres principio, porque al llegar estabas presente y eres el fin porque al irme, se que tú me acompañarás a la eternidad.
Puedo asegurar que en la vida hay que saber vivir contigo y sin ti, porque en los momentos más difíciles, asomas tu espectro y me ofreces tu mano, tu compañía y aunque me distraiga el devenir de la vida, te quedas como el más fiel de los amigos.
Hay que entenderte, comprender tu presencia... ¿Será que la vida no es tu creadora? … ¿Seré yo?
Sí sí sí.....me contestas con tus frases armonizadas, con esos momentos donde se apaga el silencio y mis oídos se deleitan con el sonar abrumador de tu nombre.
Pero ya te conozco, eres tímida, pero decidida. Sé que la respuesta está en ese rostro que miro en el espejo y de esa alma que no emite reflejo directo en él, pero se estremece y se manifiesta en tu abrazo.
Sabes... disfruto del encuentro regular de nosotros y nunca pensé que te daría las gracias en público; sí gracias, porque eres el límite entre lo humano y lo divino, entre lo que soy y la realidad.
Queda mucho por decir, pero te lo diré en tu siguiente venida porque al levantar la mirada he notado que ya no estás.
...Hasta la próxima, Encuentro de Música Coral, para ti y todas y todos quienes te dan vida. Que el próximo año estés más fuerte y mejor, porque eres el momento donde puedo renovar mi vida.
