CADA CONCIERTO ES "D' GALA"


Ha llegado el momento de demostrar lo que se ha ensayado. Contra viento y marea podríamos decir, ya que las trabas de siempre: Desánimo, salud, ocupaciones laborales, viajes, actividades extracurriculares, familia, roces internos o descanso prolongado tipo flojera siempre son los factores influyentes en el ir, venir y a veces devenir de los coros.

Tantas trabas que se presentan, económicas, logísticas, asimilación musical e interpretativa que son parte de cada ensayo, presentación y el ínterin de un coro. Todo queda atrás cuando llega el concierto de Gala de evento alguno, sin con esto querer minimizar la relevancia de cada presentación que es “única e igual de importante”.

Más siempre hay una que destaca por poseer ingredientes externos que influyen, tales como un público conocedor, ávido de nuevas cosas, que se compenetra con la línea de trabajo y ansía ver como crecieron para de ello aprender y a la vez sentir que su crecimiento también es posible.

Saber que el esfuerzo de andar “calladitos”, “tranquilos”, evitando las tentaciones UE de forma alguna afecten su voz y les reduzcan el vivir y disfrutar tal momento en comparación a sus compañeros y compañeras de grupo o de otros grupos.

Acá no importa cuantos bajos, tenores, soprano o contraltos haya en el grupo, acá es estar a la par para colaborar con una efímera individualidad. Decimos efímera pues sabemos que ése “uno” se sumará a los demás “unos” y harán un “todo” por la música coral.

Comenzar la presentación, confiar en que lo ensayado saldrá y mejor aún, pues la esencia del público se transforma en ese último ingrediente que le da el sabor a cada presentación. desde el puesto de canto se es a la vez vidente de cómo las armonías –de notas, voces y personas- hacen que el canto coral sea más de lo que algunas gentes estigmatizaron que es, sin detenerse a ver como la música coral “evoluciona” para no morir en un molesto espiral, más bien se extiende surcando líneas de espacio – tiempo y lugares que la perpetúan.

Quien lea eso último quizás no lo comprenda en palabras, más lo sentirá en su mente, alma y corazón de moralista, corista, coreuta o como quiera decirle a quien se da el gusto de cantar sin más jurado que el público y sin más premio que el aplauso y la sonrisa de satisfacción de quienes le oyen.
Bueno amigas y amigos, se levanta el telón de este encuentro número 17 de coros médicos de Venezuela, más esta carta puede funcionar en cualquier momento, festival, país ya que es un sentir tan universal como lo es la música, referido en este caso a nuestra forma de expresarla: LA POLIFONÍA, LA GRACIA Y EL SENTIMIENTO QUE POSEE “LA MÚSICA CORAL”.

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